domingo, 24 de junio de 2018

La batalla de Bailén, se jugó en Sevilla

Cuando pensamos en una batalla, lo asociamos automáticamente a destrucción, ruinas o escombros y todo ello lo podemos trasladar como un símil y usando un juego de palabras a la Calle Bailén de nuestra querida ciudad, donde tanto derribo parece provocado por una batalla...


La Calle Bailén fue durante siglos la arteria de unión de gran parte de los Conventos de Sevilla, siendo por ende un núcleo bastante rico en lo que a arquitectura se refiere, empezando por la desaparecida portada del Compás del Convento de la Magdalena pasando por la impresionante fachada del Convento de la Merced, hoy Museo de Bellas Artes, y terminando en la desaparecida Puerta Real, la cual estaba a unos escasos 10 metros de la desembocadura de la calle. Todo ello se perdió bajo el yugo de la piqueta, y lo que no se derribó lo cambiamos de sitio como hicimos con la portada del Convento de la Merced.
Centrándonos en la fotografía nos llama poderosamente la atención el vendedor a lomos de su borrico con las alforjas llenas y un chavalín que bien pudiera ser su hijo, una estampa muy repetida por las calles de Sevilla en aquellos años...


Otro detalle muy importante que podemos contemplar, es la gran casa de finales del 18 que cierra desembocadura de la Calle San Roque...


Esta casa también fue víctima de la piqueta a finales de los años 70 con la excusa de corregir el plano de la calle, eliminando el trazado sinuoso de la misma...


En su lugar nos plantaron el "mamotreto tipo" de la época que tanto se repite por barrios como el de San Vicente, la Judería o la Alameda. Por desgracia esta conducta de derribo se sigue repitiendo en estos momentos, dañando de muerte barrios como el de San Luis o San Marcos.

Mario Carrero Lomberda
Nuria Cabello Moreno

sábado, 9 de junio de 2018

La Sevilla de Fleming

Cuando decimos Doctor Fleming en Sevilla, decimos muchas cosas, ambulatorio, colegio, calle, barriada, y monumento. Brevemente diremos que el Dr. Alexander Fleming fue el descubridor de la penicilina...


Hoy en concreto vamos a hablar de su monumento, erigido en 1957 junto al Hospital de las Cinco Llagas, hoy Parlamento de Andalucía...


La obra se realizó en piedra caliza, igual que la usada en la fachada del Hospital, y se remató con un busto de bronce del Doctor...


En dicho emplazamiento permaneció hasta principios del 2002, por lo que muchos lectores lo recordarán perfectamente, ya que era una estampa propia del barrio de la Macarena y a la que muchos le tienen un especial cariño...


Observen el detalle de esta fotografía, pues si nos fijamos en la parte superior izquierda, podemos atisbar los comienzos de la destrucción paulatina de la Calle Don Fabrique, pues primitivamente el monumento miraba al Arco de la Macarena pues estaba situado frente a la fachada del Parlamento...


Para Don Fabrique guardaremos un capítulo aparte, porque lo que se hizo y lo que se está haciendo con ella no tiene justificación alguna, estamos asistiendo impasibles en pleno siglo XXI a su segunda fase de demolición...


Pues bien, como venimos diciendo, el monumento estaba donde mismo hasta 2002, fecha en las que se comienzan las obras de remodelación de los jardines del Parlamento y la reurbanización del entorno...


Y es aquí donde empieza la odisea "típica" de cualquier monumento sevillano que es desmontado temporalmente y que por supuesto este no iba ser menos. El conjunto de piedra caliza es desmontado y guardado en los almacenes del Ayuntamiento, y el busto de bronce es depositado en las salas del consistorio, con la promesa de ser nuevamente reubicado en los jardines del Parlamento tras las obras de acondicionamiento del entorno. Pasa un año, dos, tres...y aquí nadie se acuerda del monumento, hasta que a finales del 2004, principios del 2005, urbanismo desbloquea un segundo proyecto de recuperación para el monumento y es entonces cuando este es reubicado en el patio central de la Facultad de Medicina...


Todavía tenemos que estar dando gracias de que el monumento no se perdiera en un chalet del Aljarafe o de que no lo recolocaran en otro sitio a medio montar, algo que sí ha sucedido con parte del patrimonio urbano de Sevilla en otras ocasiones. Fuera como fuere, esta es la historia y homenaje que la ciudad le dedicara a uno de los descubridores y científicos más importante del mundo, pues además de descubrir este antibiótico que salva tantas vidas al año, nunca lo patentó para con ello hacerlo siempre accesible económicamente a todos los seres del planeta.

*Corrección del artículo gracias a Alfonso Montano.

Universidad de Sevilla
Julio Morales Barrera

domingo, 13 de mayo de 2018

Cuando echar una carta en el buzón era una gozada

Aunque aún quedan algunos buzones, en peligros de extinción todos ellos, ya no es tan usual eso de mandar una carta a no ser que sea por algo burocrático, pero antaño sin internet, sin mensajes de texto, sin whatsapp, echar una carta al buzón era un gesto cotidiano para el 99% de los españoles y una gozada para unos pocos de sevillanos que vivían cerca de este que les muestro a continuación...


¡Que estampa!, tenemos a ese joven camino del colegio con su chaqueta larga y su maleta de piel viendo atentamente cómo los operarios de Correos recogen la "saca" con las cartas de de ese dia...


¡A lo que vamos!, imaginense con su carta en mano dirección a la Plaza del Duque, no a la que conocemos ahora, sino a esta que vemos rodeada de Palacios y Hoteles donde la catarsis que nos produce la majestuosidad del Palacio de Sanchez Dalp, no nos deja atinar con la ranura donde tenemos que introducir el sobre...


Vamos caminando tranquilos, disfrutando del ese recado que nos ha llevado hoy hasta tan hermoso lugar, saboreando el pisar sobre esos adoquines puestos con una geometría que ni el puntero láser más avanzado de este siglo es capaz de superar. Al fondo de la Plaza, tras las palmeras y plataneros, podemos atisbar la silueta del Hermoso Hotel Venecia, aquel que con unos inimitables balcones acristalados fuera testigo mudo de tantas Semanas Santas...


Pero claro, llegó el progreso, y no solo se llevó por delante este y otros buzones, también se llevó los adoquines, palacios y hoteles, en resumen toda la historia de una de las plazas más bellas que tuviera Sevilla y en su lugar nos quedamos con "esto"...


Ya sea por los taxistas que allí trabajan o por los sevillanos y turistas que tenemos que atravesar aquel desmán, podrían nuestros gobernantes haceros el favor de levantar ese manto de alquitrán y volver a descubrir los adoquines que allí yacen, al menos ganariamos en temperatura, estetica y respeto, sí respeto a Sevilla y su piel, que son esos adoquines.

Maria Manzano Cubierta
ABC

domingo, 29 de abril de 2018

El romanticismo perdido de las marquesinas de madera

Pasear por Sevilla es bonito, eso no se puede negar, las pasamos canutas en verano para encontrar una sombra, una fuente, y un banco cómodo para descansar...pero es bonito. Pero lo cierto y verdad, es que si miramos esas fotografías antiguas donde vemos esos escaparates de madera con esas marquesinas en caoba con letreros en cristal, pues envidiamos ese romanticismo perdido que mostraban esos comercios en sus fachadas y escaparates. Para el que aun no entienda esto que estoy contando, voy a ponerle dos ejemplos en dos zonas diferente de la ciudad, la primera en la embocadura de la Calle Cuna con la Plaza del Salvador...


Esta fotografía me tiene enamorado desde la primera vez que la vi, pues me llama poderosamente los vestidos de la la mujer y su hija que aparecen en primer plano, y como la señora esta mirando fijamente al fotógrafo en el preciso momento que dispara la cámara...


He deducido, con probabilidad a equivocarme, de que la imagen capta un momento de la Semana Santa Sevillana, tal vez Viernes Santo por la mantilla y la peina de la señora, el niño que esta tras ella vestido de marinerito o su hija vestida tan elegantemente con ese tocado sobre la cabeza, demás de  por la pila de sillas que vemos en la parte derecha de la imagen, que tal vez fueran parte de ese parte oficial que se disponía en la Plaza para ver el transcurrir de las hermandades...


Ahora les voy a pedir que se fijen en los escaparates de los comercios y las marquesinas, sin duda un trabajo muy hermoso de ebanistería y pintura que daban ese romanticismo del que les hablo a estas calles...


Hoy en día el aspecto actual de la calle ha cambiado mucho, por no decir totalmente, y es que aunque se conserva gran parte del caserío que vemos en la fotografía, hemos perdido la elegancia de los comercios, la vistosidad de sus marquesinas y sobre todo ese romanticismo que le daba un plus o toque extra de calidad a lo que dentro del local te iban a vender...


Ahora nos vamos a marchar a otro punto de la ciudad, aunque esta muy cerquita de este anterior que hemos estado conociendo, concretamente nos marchamos hasta la Plaza del Pan, hoy de Jesús de la Pasión...


He visto esta fotografía coloreada y os aseguro que es una gozada para los sentidos, es una pena que en blanco y negro no ofrezca tanta variedad de matices. Aquí observamos de nuevo el detalle de las marquesinas y los escaparates, y vemos como algunos guarda una cierta inclinación en angulo de 45 grados para ser mas cómodos y legibles al viandante...


Otro detalle a destacar y que se suma a la cantidad de carros que vemos en ese cruce con la Cuesta del Rosario, es la estrechez tan aguda que vemos en dicha calle cuando va subiendo hacia la Plaza de la Pescadería...


Esta zona también ha cambiado por completo con el paso de los años, y hoy presenta una imagen diferente de mas amplitud y sobriedad, ademas de que se ha perdido parte importante del caserio que vemos en la imagen...


Hoy en día solo tenemos algunas de estas marquesinas en comercios centenarios que han sobrevivido hasta nuestros días, como pudiera ser la Confitería La Campana o alguna tienda de abanicos y souvenirs en la Calle Sierpes.

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