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lunes, 29 de mayo de 2017

En Sevilla el sinónimo de restauración es destrucción

En Sevilla se usa mucho, más de lo que se imagina el personal, eso de "virgencita que me quede como estoy", ya que esta bendita ciudad desconoce por completo el significado de restauración y conservación. Aquí se coge algo del siglo 18 y se le mete acero corten, escaleras del cristal y nos quedamos tan panchos, es más, lo presentamos a concursos de arquitectura mundiales donde el 99% de las veces se ríen en nuestra propia cara, valiente panda de ignorantes que no saben ni lo que tienen, es el comentario más repetido.
Ejemplo de todo esto que les he comentado lo tenemos todo concentrado en 1000 metros cuadrados de una zona muy céntrica de nuestra ciudad, la Calle Santo Tomas. Como el burro tropieza no una, sino 400 veces, Sevilla pecó de ignorante en esta zona, repetidas veces y en diferentes periodos de nuestra historia. Empezamos con el ensanche de Santo Tomás, ahí echamos abajo el Convento de Santo Tomás  con nada más y nada menos que Miguel Primo de Rivera subido en todo lo alto de la espadaña dando el pistoletazo de salida al piquetazo. Seguimos posteriormente con la demolición de la antigua Aduana y las Reales Atarazanas, esto ya si que no hay por donde cogerlo, y levantamos en su solar un bloque de hormigón como un demonio para instalar en el las oficinas de Hacienda. Después, como las oficinas de hacienda se quedaron pequeñas, nos fijamos en el edificio de enfrente, El Coliseo, un alarde de regionalismo sevillano por los cuatro costados, y lo vaciamos como si fuera un huevo kinder para hacerlo oficinas todo su interior y ampliar allí la delegación de Hacienda. De remate cogimos la Casa de la Moneda, y como la madre del Pali que vivía en el número 15, dios la tenga en su gloria, había fallecido, dijimos de hacer un hotel en él y plantarle un ático con piscina en todo lo alto, ahí está, paralizado por patrimonio pero la obra ya está echa. Y ya le pusimos la guinda con el retablo cerámico de la Calle Santander...


Esta obra de arte religioso del costumbrismo sevillano era hace menos de 20 años como el San Judas Tadeo de la Iglesia del Silencio, no pasaba una hora sin que una señora o un señor estuviera delante del retablo echando unos rezos a la Virgen del Carmen y dejándole un puñaito de claveles. Fijense en la fotografía porque la veo y veo a mi madre rezando por mí como lo hace cada vez que pasa por por San Ildefonso para ver al Cautivo...


El retablo lo montó en 1925 un señor en la fachada de su casa, ¿de qué señor les hablo?, pues de Don Juan Bautista Calvís y Rives. Su casa estaba adosada a los restos del Postigo del Carbón y a su espalda tenía la Torre de la Plata, esta esta concretamente...


Voy hacer un pequeño inciso para contarles una curiosa anécdota de Don Juan Bautista Calvís. Este hombre era un afamado banquero de Sevilla, venía de una familia Italiana con mucha historia y que sirvió a base de bien a las Cortes Españolas, por lo que ya llevaba una buena herencia en el bolsillo además de lo que juntara con su oficio de banquero. Pues bien, este hombre que representaba a la burguesía de la época, estaba al corriente del ensanche de Santo Tomás, y quiso sacar tajada de aquello por lo que se hizo cargo de varias parcelas en la Calle Santander, y unido al solar que surgiría del derribo de su casa ideó un proyecto para un nuevo edificio bajo el diseño del Arquitecto José Espiau...


Impresionante, como todo lo que diseñaba este señor. El edificio buscaba cerrar el solar que quedaba entre la Casa de la Moneda y la Calle Matienzo, no buscando la profundidad pero si la altura en el alzado del edificio...


Bueno, como vemos hoy en día el edificio no se realizó ya que este entró en un litigio con Marañón por la propiedad y el derecho de construcción en la zona y todo este hermoso proyecto se fué al garete.
Ahora retomamos de nuevo nuestro retablo cerámico de la Virgen del Carmen. Quedamos en que el retablo estaba en un lateral de la fachada de la casa, que a su vez estaba adosado a los restos del Postigo del Carbón, contando en bajo la hornacina con una puerta de acceso para llegar a un pequeño cuartito que hacía las veces de trastero y donde por últimas la Señora Rosalía Moreno, tenía guardada sus habíos con los que de vez en cuando escamondaba el retablo...


Ahora viene la parte dolorosa, llega 1990 y nuestro querido Ayuntamiento acomete una profunda remodelación de la zona, ya que quería poner en valor la Torre de la Plata y los lienzos de muralla que hay junto a ella, y para eso no se le ocurre otra cosa que derribar la casa donde estaba alojada el retablo y plantar el azulejo directamente sobre parte de los restos del Postigo del Carbón...


Como ven en la imagen anterior, si ustedes pasan por allí, lo que hay de aquella remodelación es un trozo de la fachada de la casa derribada a modo de tapia improvisada, un modulo de obra para el pobre boby que se encarga del aparcamiento ridiculo y humillante que nos han plantado junto a la Torre de la Plata y las murallas, algo que cuando el turista llega y ve aquello entra en estado catatónico y no piensa en volver a la ciudad mientras viva. Claramente la reurbanización fue un gasto estúpido que hizo el ayuntamiento para dar acometidas al pedazo de mamotreto que han levantado junto a la Casa de la Moneda, conocido popularmente como "el palomar" y del que me niego a poner una fotografía en esta página. Nos han dejado la Calle Santander hecha literalmente "una mierda", con un edificio protegido destrozado de por vida y paralizado en obra como es el de la Casa de la Moneda, un mamotreto como es el del "Palomar" que termina por destrozar completamente la estética de la zona, y un solar/escombrera para aparcar coches que dejen renegrio de contaminación las murallas que allí yacen y la Torre de la Plata. Como guinda nos echan abajo el retablo cerámico y nos tiran el azulejo sobre un pared, que al menos que seas sevillano o te lo hayan explicado, no sabes qué son los restos de un Postigo por donde durante siglos entró la riqueza más grande que hubo en el mundo proveniente de un lugar llamado Las Indias, por ende los que mandan en el planeta a día de hoy, América. Marca Sevilla, así nos vendemos al mundo y así cuidamos nuestro patrimonio, y mira que me duele en el alma pero aquí estoy yo, denunciando y rezando por que algo cambie hoy, mañana o cuando toque...

ABC
Cerámica de Sevilla
Colegio de Arquitectos
Jose Antonio Murillo Cabrera

viernes, 28 de septiembre de 2012

El testimonio de una pintura

En algunos casos nos gusta recordar la historia y pasado de nuestra ciudad a través de pinturas que son el testimonio fidedigno de una Sevilla desaparecida.
Entremos en ese pasado mediante este hermoso lienzo...


Impresionante, vemos en el detalles y elementos ya desaparecidos que conformaron parte del patrimonio que nunca tuvo que ser derribado, empezando por el mas llamativo...


Si amig@s, es la imponente Puerta de Jerez, flanqueando la defensa de la ciudad con sus imponentes almenas, y seguida de ella tenemos la muralla...


Esa muralla hoy en día desaparecida y que sin duda debió dejar extasiado al pintor ya que si bella era la ciudad de intramuros, no menos lo era la de extramuros, ya que contaba con elementos como el de Palacio de San Telmo...


Llama la atención ese pequeño edificio que esta frente al Palacio, sin duda de la misma factura arquitectónica que el Palacio y tristemente desaparecido en la actualidad.
También tenemos otros detalles como el de la Aduana y las Reales Atarazanas, que vemos como colindan con el Postigo del Carbón...


El pintor llegó a tener tal fidelidad a la realidad a la hora de realizar el cuadro que llego incluso a plasmar el el Arroyo del Tagarete con su desagüe junto a la Torre del Oro...


El conjunto que ofrece todo el paisaje, acompañado de esa gran plaza que vemos en la zona central hace cuanto menos un sueño a los sentidos de esta perspectiva de la ciudad, perspectiva que lamentablemente no ha podido llegar hasta nuestros días y que hace que sea mas triste el ver de que manera hemos tratado nuestra ciudad...

Presionar sobre la imagen para ampliarla

Ana Maria Garrido Romero
Mario Gómez Rull

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