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domingo, 17 de febrero de 2019

Metrocentro, un sucedáneo del pasado

No reconocer los errores, tropezar contra la misma piedra, derribar para volver a construir...eso, eso es mu de Sevilla, y sino miren...


Hace menos de 50 años, la Avenida de la Construcción tenía adoquines de Gerena colocados con una tirantez y un tranvía con un tramo de comunicación que llegaba hasta Coria. En 10 años tapamos los adoquines con alquitrán, los tranvías eléctricos los mandamos a Lugo y Portugal, donde aún funcionan y son un atractivo turístico, siendo sustituidos por autobuses de combustión y de nuevo en el año 2000 arrancamos el alquitrán, pusimos losas inmensas de granito y traímos de vuelta el tranvía (metrocentro), ¿alquilen me puede explicar que demonios pasa en esta ciudad?. No quiero ni pensar lo que hicieron con el guardia urbano que vemos en la imagen...


Me despido con una frase a lo Humphrey Bogart, "siempre nos quedará el magnolio de la Catedral...


Rubén Darío Martínez
Alicia Moreno García

domingo, 22 de julio de 2018

...Espera que ahora bajo

En la historia fotográfica de nuestra ciudad hay de todo como en la viña del señor, imágenes que te ponen la piel de gallina, otras que te encogen el corazón, y después están las que te sacan una carcajada...


Nos encontramos en una apacible tarde de primavera, donde la providencia no quiso otra cosa que el autobús de la desaparecida línea número 9 dijo "hasta aqui hemos llegao"...


Si afinamos la vista, tras el cartelito con el número de línea, se ve perfectamente la taquilla donde antiguamente estaba sentado el cobrador y te daba el billete cuando te montabas en el autobús.
Por cierto, para los que todavía no saben donde esta realizada la fotografía, les lanzo esta pista...


Efectivamente, lo que vemos tras el hombre es el Arquillo de Miguel de Mañara en pleno corazón de la Avenida de la Constitución, y que dicho sea de paso a ver cuando lo hacen Santo que se lo mereció el pobre...


Pero la fotografía en sí nos ofrece un momentazo, y es la imagen de todos empujando a una, y el señor que está encima del camión mirando como no quiere la cosa y en una postura que no es precisamente la de echar una mano, sino más bien la de "espera que ahora bajo, ...a lo mejor"...



No todo son van a ser disgustos en el pasado de Sevilla, y si nos podemos reír de vez en cuando con esa época que a veces añoramos por la sencillez de esos tiempos que se fueron.

Mario Rodriguez Campos

sábado, 20 de enero de 2018

El último de Filipinas

Nuestr@s abuel@s son un pilar fundamental en la familia, de ellos debemos seguir aprendiendo en esa escuela interminable de la vida, pues los recuerdos que los más jóvenes descubrimos en fotografías aún siguen frescos en su memoria, y valga como ejemplo este que les muestro...


Estamos de paseo en una fresca mañana por la Avenida de Constitución, adoquines, vías, catenarias "flamencas" nos dibujan una Sevilla romántica y de ensueño...


El edificio La Aurora nos mira altiva, hacia nosotros se acerca el tranvía 132 en busca de su última parada en la Plaza Nueva, y junto al edificio de Correos ahí lo vemos, como si el tiempo no lo hubiera borrado de nuestra memoria, "el último de Filipinas"...


Si amig@s, "el último de Filipinas" es como me he permitido bautizar cariñosamente al último edificio derribado tras el ensanche de Santo Tomas. Observen esta otra fotografía,  podrán verlo mejor desde esta nueva perspectiva donde vemos el resto de edificios antes de ser derribados para tal ensanche y el callejón, para muchos desconocidos,  que daba entrada al desaparecido Colegio de San Miguel...


Si comparan esta ultima imagen, y la fotografía principal donde vemos al edificio justo antes de ser derribado, comprobamos que su estado era exactamente el mismo, no presentaba ningún desperfecto y para nada presentaba peligro de derrumbe...


Si todo lo visto lo comparamos como el estado actual de la Avenida, podemos hacernos una idea exacta de la magnitud de este ensanche, de todo lo construido posteriormente y de que no se guardo criterio alguno la ultima construcción realizada tras el derribo de este ultimo inmueble, por lo que se destrozó por completo la estética de todo el entorno...


Contemplando las dos fotografías no hace falta añadir adjetivos a la belleza de aquel edificio, sus balcones cerrados con cristaleras o como de maneras tan sevillanas tiene coronada la balconera de su azotea con grandes macetas cuajadas de flores.
Lo que vino después ya es de sobra conocido, esa extraña fijación por los urbanistas de lo lineal, y algo de especulación hicieron caer sobre el la fría piqueta, borrandolo por siempre del paisaje urbanístico sevillano, que no de la memoria incorruptible de nuestros abuel@s...


Termino este articulo dándoles, si me lo permiten, a los más jóvenes un sano consejo, y es el de compartir con sus abuel@s este tipo de fotografías, que os cuenten cómo era la atmósfera de aquella Sevilla de tranvías y catenarias, adoquines y balcones de forja, os aseguro que serán los mejores momentos de vuestra vida aprendiendo junto a ellos como era el pasado de Sevilla.

ABC
Julio Romero Cid
Antonio García Cruz

viernes, 10 de noviembre de 2017

El Faro de Sevilla

Tengo un amigo de Madrid que cada vez que hablo con él de Sevilla, me suelta la misma parrafada, "macho, es que en Sevilla no os falta de ná, lo tenéis todo, la Feria de Abril, la Semana Santa, el río, Triana...estáis completitos...", y como estaba en modo rancio le respondí, "sí, pero podríamos estar mejor, antes teníamos hasta playa y un Faro...", creo que las carcajadas de mi amigo José Antonio se oían hasta en Despeñaperros, amigo, ¿te has pasao no?, me dijo con la boca medio de lao. No me quedó más remedio que explicarle en que basaba mi afirmación. Empecé a explicarle la historia de la playa que tuvimos en el río, la Playa de María Trifulca, y todas las anécdotas que allí se acontecieron, lo importante que fue para la ciudad y lo efímera de su existencia. Deje para lo ultimo lo mas surrealista, El Faro, que para más inri no está en el río, esta tierra adentro y fue otro símbolo muy importante de Sevilla, impaciente me dijo, ¿pero dónde estaba dios mío?,  pues estaba en la Avenida de la Constitución...


No era Un Faro como tal, era un soporte publicitario de unos 35 metros de altura, de forma octogonal, con una estilizada y elaborada base en hierro fundido que bien hubiera servido para fundir los Leones del Congreso por el volumen de la figura. Pero empecemos desde el principio, cuando aquello era todavía se llamaba Cánovas del Castillo...


Comenzamos el siglo 20, Sevilla esta cambiando, por desgracia, completamente su fisonomía, ensanches a gogo están abriendo nuevas avenidas, y ya se está barruntando la Exposición Iberoamericana de 1929, el regionalismo sevillano eclosiona en el corazón de la ciudad. Se acaba de construir el Edificio la Adriática, como muchos los conocen, el Edificio Filella, y frente a él se instala un kiosco que no llega ni a los 14 meses de vida, pues en 1923 se levanta justo en su mismo enclave un obelisco publicitario de unos 35 metros de altura...


La estructura en sí, podríamos calificarla como una verdadera obra de ingeniería, pues se mantiene vertical sin ningún cable o elemento que apuntale las tensiones propias de una estructura bastante alta y situado en un cruce bastante amplio de calles donde las corrientes de aire deben de ser cuanto menos de una fuerza media. Aunque no tenemos ningún documento gráfico, las crónicas de ABC Madrid de 1928 cuentan que estaba dotado de luz eléctrica y que su figura destacaba sobremanera cuando la oscuridad tomaba la Avenida y el resplandor elevaba su alo hasta las misma esquina de la Calle García de Vinuesa...


Tenemos que entender el contexto sobre el que se construye este elemento, pues estamos en los años 20, donde las marquesinas de los comercios, y los anuncios publicitarios juegan un papel fundamental, pues salvo la radio y el periódico, eran los únicos elementos estáticos que podían servir al comercio para vender o anunciar el producto, pues la televisión aún no había llegado...


El "Faro" tuvo no obstante una vida no muy larga, soportó bien la Segunda República, la zona donde se levantaba, ya conocida como Avenida de la Libertad, está sometida a una especulación urbanística terrible, todas las grandes empresas de España querían poner su imagen en la milla de oro sevillana, y su imagen en aquellos años no era otra que el edificio que debía albergar a la marca...


1927, por fin y tras muchas complicaciones se reanudan las obras del Banco de España, ya solo quedan detalles estéticos de algunos elementos de la fachada que han sido suprimidos en el proyecto final, y la piqueta cambia de acera, se va justo enfrente, a la Calle Fernández y González donde se derriban un total de cinco casas. Acaba la Guerra Civil y se ponen sobre la mesa los planos de un nuevo edificio que ocuparía la esquina sur de la recién bautizada Avenida José Antonio Primo de Rivera...


El edificio no era otro que el de la Unión y el Fénix, lo que por muchos motivos, el corte arquitectónico del mismo, o las condiciones de imagen impuestas por la empresa promotora, hacían peligrar muy seriamente la vida de nuestro "Faro". En 1938 se procede al desmonte de todo el cuerpo superior del obelisco, y se indulta temporalmente su elaborada base...


Pero su suerte fue pasajera, a comienzos de 1940 el edificio de la Unión y el Fénix esta totalmente terminado y se procede entonces a retirar la base de nuestro "Faro sevillano", con lo que el recuerdo material se hace a partir de entonces inexistente...


Actualmente se da la paradoja de que en su lugar podemos encontrar un kiosco de prensa, es decir, lo mismo que había antes de la construcción del Faro. Kiosco que hoy en día está regentado por una gran amiga de mi madre, Rocío, la cual junto a su marido trabajan incansablemente al pie del cañón, en este caso al pie del Edificio Filella, porque así lo llevan en la sangre. Como gran anécdota que servirá para cerrar este articulo, quiero contaros que a ese tramos de palcos que allí se monta en Semana Santa, se le conoce de toda la vida como "la tribuna del Faro", por lo que aún sigue vivo entre nosotros.

GÉNOVA Café-Bar
ABC
Antonio Basterra Hermosilla

jueves, 27 de abril de 2017

Edificio El Coliseo, un insulto a la inteligencia

Hoy vamos a tocar un tema muy delicado, bastante, pues hablaremos de uno de los edificios monumentales más importantes de la ciudad, el Coliseo de Sevilla...


Este increíble edificio de corte regionalista y antiguo teatro, fue proyectado en 1924 como cine, el Cine Reina Mercedes, y fue levantado sobre el solar que dejó el trágicamente derribado Convento de Santo Tomás. En 1929 pasaría a ser Teatro Reina Victoria...


En 1931 el gobierno de la República le volvió a bautizar como Teatro Coliseo España...


El edificio se fue manteniendo tanto estructural como funcionalmente, en perfecto estado de forma hasta finales de los 60, que por cierto es una década desastrosa para gran parte de la arquitectura urbanística de esta ciudad... 


A principio de los años 70, el edificio carece de toda vida, ya que el teatro es clausurado y se hace económicamente insostenible para los propietarios del inmueble el mantenimiento del mismo. Una parte de él lo adquiere el Banco Bilbao Vizcaya, hoy BBVA, y otra es comprada adquirida por la Junta de Andalucía. La parte que toma el banco es reformada completamente por lo que se pierde todo el interior de edificio, aunque esa obra no afecta a la parte del teatro en sí, patio de butacas y palcos, pues todo lo demás era era parte de la Junta de Andalucía años después...



Ahora viene lo doloroso, "advertencia, si eres sensible al maltrato histórico-patrimonial de Sevilla, no sigas leyendo", 1987 la Junta comienza con las obras de reformas del edificio, pues ha planeado ampliar las oficinas de la Hacienda Pública de la Calle Santo Tomás en este edificio, y es cuando entra de lleno la piqueta, pero....en plan "aquí no va a quedar nada". Por lo pronto, la impresionante lámpara de araña que cuelga en el centro del teatro, es desmontada y trasladada al Teatro Lope de Vega, donde se encuentra aun...


El patio de butacas y los palcos, desaparecen de un piquetazo, y en el enorme hueco se levanta estructuralmente un edificio que será dividido y transformados en las actuales oficinas de Hacienda...


Imaginen que el edificio es un huevo gigante, y que estos arquitectos tan "moernos" nos han dejado tan solo la cáscara. Pues bien, ¿cuántos de ustedes no han ido tranquilamente paseando por la Avenida de la Constitución, y fijándose en esa hermosa fachada regionalista del Coliseo, preguntandose,  cómo de impresionante será el interior, si ya de por si el exterior es exquisito?, aquí la respuesta...


Como buen edificio regionalista sevillano, todo su interior, vestíbulos, salones, patios, cafeterías, estaban ricamente decorados de ese exquisito azulejo trianero que aun vemos en su fachada, y que según las crónicas, eran dignas del mejor museo de arte. Esos azulejos fueron arrancados, y gracias a dios o a un ojo vigilante, no fueron expoliados, pero eso si, yacen tirados en cajas en los sótanos de patrimonio de la Universidad de Sevilla, esperando no se sabe bien a que, si a que se desintegren con el paso del tiempo o aque se coloquen en un chalet en Simon Verde...


He decidido terminar aquí esta publicación y no seguir editando fotografías del desastre que se ha cometido, porque creo que ha terminado la parte "denuncia" y todo lo demás quiero que sea un respeto por el pasado de uno de los edificios monumentales más bellos que tuvo sevilla, ya que como bien he titulado, lo que queda ahora es simplemente fachada, un insulto al cuidado de nuestro patrimonio, a la inteligencia de todos los sevillanos que siempre hemos admirado ese edificio y del que tan solo nos queda la cáscara. No se que mosca le ha picado a esta bendita ciudad, pero todo lo que huele a regionalismo fué, és y será pasto de la piqueta...y lo más grave es, que lo que va detrás nunca aporta valor artístico o arquitectónico a Sevilla. en fin, que alguien reflexione sobre esto por que nos queda muy poco de sevilla y no veo mucho interés por conservarla.

ABC
Universidad de Sevilla
Juan Mari Lopez Gutierrez

domingo, 26 de febrero de 2017

4 de Diciembre... ¿día de Andalucía?

Existe en la memoria de muchos un día que en este siglo empieza a pasar desapercibido, el 4 de diciembre de 1977...


Ese día 2 millones de andaluces se pusieron de acuerdo para tomar las calles con un solo grito, una sola reivindicación, la autonomía de los Andaluces...


Este mismo día, pero de 1868, los gaditanos se levantaban en armas en pos de la República.
Para muchos andaluces y andalucista, este día significaron muchas cosas, como por ejemplo el Día nacional de los Andaluces, pero como ya hemos comentado, todo se va diluyendo con el paso del tiempo y lo que fue el comienzo de una nueva época, va quedando en anécdota, siendo el 28 de febrero el único recuerdo para lo que signifique ser andaluz...


Lo que nadie nos borrará del recuerdo de ese 4 de diciembre será un brillante Carlos Cano cantando en la Plaza de San Francisco o a la muchedumbre sevillana gritándole a Alfonso Guerra que hablara en andaluz, a su entrada al Ayuntamiento de Sevilla.


Feliz día de Andalucía
ABC
Fototeca de Sevilla

sábado, 28 de enero de 2017

Antes los urbanistas, ahora las franquicias

Hasta hace apenas 10 años, podíamos decir claramente que el primer enemigo de sevilla era sin duda un urbanistas...


Un urbanista era capaz por si solo de decidir si una avenida entera debía ser o no derribada, o que calle debía sobrevivir a un ensanche...


Como ya hemos dicho, muy a nuestro pesar, lo que está poniendo en pleno siglo XXI, el caserío de nuestra ciudad son las franquicias de comida. Vamos a poner como ejemplo el edificio de la fotografía con la que hemos empezado este artículo...


Estamos buceando en el pasado de un lugar muy concreto, la esquina de la Avenida de la Constitución con la Calle Garcia de Vinuesa...




Esquina comercial por excelencia, con un tránsito peatonal privilegiado, ha sido durante años, un lugar de encuentro para muchos sevillanos, antes con el añorado "farero" y hasta hace poco con el Horno de San Buenaventura...



El problema no vino con el derribo del edificio de la esquina, donde se encontraba El Faro...




Ese edificio vivió su última década en un total estado de ababdono y ruina, sumado a que su valor arquitectónico no era muy alto...


Lo lamentable es que, para el edificio que después albergaría el Horno de San Buenaventura, se derribaron además las otras dos casas aledañas, que si eran relevantes pues tenían un valor arquitectónico importante...


Como todos sabemos, el Horno entró este año pasado en concurso de acreedores, y perdió la propiedad del local, el cual ha sido adquirido por una importante multinacional americana de comida rápida, sí, otra más en menos de 200 metros.
Estas franquicias destrozan por completo los edificios que toman, véase la Campana o la casa que Foster ha desmembrado en la Calle San Fernando.
Nuestro patrimonio se va a pique y don dinero puede con todo, hasta con las conciencias.

ABC
Marua Zacre Tovirio

sábado, 24 de diciembre de 2016

Verde que te fuistes, verde...

No todo el pasado de Sevilla se escribe en blanco y negro lo que vamos a ver hoy es prueba de ello.
Sevilla es un todo, su gente, sus calles, sus edificios, cualquier perdida de ellos es una pagina pasada en su historia, como también lo fué el verde de la Avenida de la Constitución...


Partimos de la base de que la semipeatonalización de la Avenida en 2006 fue un acierto, pero tenemos que reconocer que no todo estuvo bien hecho...


La Avenida adquirió una dureza y una desnudez impropia de esta ciudad, cuna de soportales y donde la sombra era un refugio sustituido con los años por arbolado...


También podríamos hablar de si plataneros si, plataneros nos...cuestionar los naranjos en esta ciudad es también harina de otro costal, pero algo claro en esta ciudad es que durante 4 o 3 meses al años los 30 grados mínimo no nos lo quita nadie...


Pero tenemos que pensar que ni todo el mundo se va tres meses a chipiona y que si esta ciudad vive de algo, es del turismo que nos visita, y no podemos darles un secarral para que salga de aquí huyendo...


El arboricideo no cesa en esta ciudad y vemos como en calles como Almirante Lobo, sometida a una profunda reurbanización este año, se ha eliminado el arbolado de porte, convirtiéndose en una calle/velador...algo que sirve para poner mesas y sombrillas por doquier, haciendo el agosto del bar de turno, igual que se hiciera años atrás en la Alameda de Hércules, paradicma del arboricideo sevillano.
Nos queda el consuelo de saber que es un mal recuperable, y que abriendo alcorques podemos devolver el pulmón a la ciudad, y la sombra a los sevillanos...



         
                
                

Sevilla debe de recuperar su imagen de ciudad cómoda y agradable, siendo la Avenida de la Constitución nuestro lugar de comienzo en esta andadura y debemos de saber buscar el sitio para todo.

Joaquín Moral Dávila
Laura Fernández Dorado
             






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