Ya si nos asomamos a la calle Betis y miramos al rio para que contar, como mucho dos piraguas y la lancha de recogida de basuras de Lipasan..., quien diría que en esos muelles amarraban veleros y vapores a un ritmo incesante de carga y descarga de maderas, carbón...
Que imagen mas bonita, ¿verdad?. Llama la atención en primer plano el señor vestido de uniforme, imaginamos que se trata de un guarda portuario atento a la entrada o salida de algún barco. Al fondo en la orilla un grupo de tres gallinas dando una imagen un tanto anécdotica de esta Triana de corrales.
La calle Betis no es mas que una alameda de adoquines y en frente, en la otra orilla, cientos de barcos amarrados al muelle de Nueva York descargando y cargando sin cesar.
¡¡Y que sabor daban a nuestras calles esos adoquines!!, adoquines que nuestros ediles han ido desterrando de la ciudad poco a poco como si de la peste se tratara sembrando nuestro casco antiguo de alquitrán y terrazos. Normal, en esta ciudad nunca sabremos apreciar los detalles que dan el valor de la identidad y buen gusto, por eso mismo esos adoquines son después vendidos a ciudades como Amsterdam o Londres en contenedores y sino que se lo pregunten a Romano, uno de los anticuarios de derribos mas importantes junto con Pavón, y que tiene miles de ellos en la carretera de Utrera, esperando a ser cargados...
presionar sobre la imagen para ampliarla
Después vamos de turismo a esas ciudades y nos quedamos con la boca abierta contando a nuestras familias lo bonito y bien conservado que esta todo por el norte de Europa.
Jesús Miranda Sánchez