sábado, 19 de noviembre de 2011

La otra orilla...

Aquella orilla, la orilla opuesta a ciudad, la que guardaba en su corazón al pueblo de Triana, era por destino y obligación la orilla pobre de Sevilla, la de gitanos de la cava que cruzaban el rio en busca "del pan" por medio del embarcadero de las cigarreras...


Vemos al fondo el antiguo embarcadero privado de los Mompanzier, ya tapiado, borrando tras ese tabique el pasado mas ilustre y casi "Real" de la ciudad de Sevilla...


Parece que no era suficiente la magia que guardaba la orilla trianera, pues es la escogida para postrar la cámara pero no para ser la retratada, y es que la descalza calle Betis todavía no portaba la fachada que hoy le da imagen...


En esta imagen llama la atención el barco de vapor que ocupa la imagen,


sin duda el carbón, abundante en las orillas del muelle, era el combustible ideal para las embarcaciones de carga que en aquel entonces cruzaban las orillas sevillanas.


Cuanto has cambiado, calle Betis. siempre fuiste la otra orilla...


ABC
José Mariño Peroni 

4 comentarios:

esasevilla dijo...

Ese no es el embarcadero de los Montpensier :S Es la desembocadura del arroyo Tagarete, no?

Un saludo.

Francisco Espada dijo...

Un día, recién llegado a la ciudad, presencié una discusión afable entre un sevillano y un trianero. Estábamos junto a la Capillita del Carmen. El de Triana presumía de su barrio y le contestó el sevillano: "Lo más bonito de Triana es la vista que tiene sobre Sevilla desde la calle Betis".

Jose Maria Becerra dijo...

efectivamente es la desembocadura del arroyo Tagarete, el embarcadero privado de los duques de montpensier se encontraba enfrente de su palacio, el cual tengo testimonio grafico, al igual que fotos de la calle betis

Cristóbal Bernal dijo...

La última foto corresponde al sítio que ocupó el histórico muelle de Las Muelas, verdadera "milla 0 y meta final" de la primera vuelta al globo. Lugar que debe ser el centro neuralgico de la celebración de su 500 aniversario y que desafortunadamente se encuentra ocupado y "enjaulado" por unas pistas deportivas particulares. Esta es la Sevilla que nos merecemos, ¡SI NO LO EVITAMOS. A TIEMPO ESTAMOS!

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