jueves, 9 de abril de 2020

Campana

Hoy hace ya dos días que tendría que haber pasado por esa esquina que tanto forma parte de mí vida, por aquella en la que miro hacia atrás y repaso en mí cabeza los 364 días que me serapan de ti. Es como si al llegar a ella alguien me dijera que ya  queda poco, al fondo todo recto encontrarás la Gloria, la redención a todos tus pecados, la promesa por la que estas allí, entearas en la Catedral donde la Giralda te dará ese abrazo de madre y todo se habrá cumplido un año más. Es cuando llego a ella que mi hijo se suma a mí tramo portando ese cirio que es más alto que él, donde se cierra ese círculo y se cumple el mejor de mis sueños...


Viendo la fotografía pensarían que estoy hablando de otro lugar de Sevilla y no de la Plaza de la Campana, pero no hay lugar al error, pues vemos al fondo nuestra querida confitería...


La imagen nos retrae a un pasado que nos induce a pensar que estamos en otra ciudad, los adoquines de Gerena, las vías del tranvía, las marquesinas de los escaparates...el señor montado en burro...


Justo detrás vemos parte de la fachada del desaparecido Café Teatro Novedades, donde alcanzamos a leer un cartel anunciando el "Fino  Caribe". Tanto él Teatro como todos los edificios que aparecen en la parte izquierda de la imagen fuero pasto de la piqueta para el ensanche que uniría todo este sector con la Ronda Histórica...


Hoy en día el aspecto de todo el entorno ha cambiado tanto que nos es imposible apreciar el detalle de la antigua morfología de la ciudad, ni si quiera hoy respetamos lo poco que queda y dudo mucho que lo hagamos en el futuro...


Espero no haber empachado a mis queridos lector@s con el comienzo de esta publicación,  pero necesito ir dejando pequeños recuerdos en este humilde blog con la esperanza de mis hijos nunca olviden lo tanto que quise a mi ciudad y sé  enamoren de ella igual que lo estoy yo. Espero que nos veamos pronto en la siguiente publicación,  hasta entonces un abrazo y ánimo,  que ya nos queda menos.

José Carlos Rodríguez Arahal 
Cicerines de Sevilla 

sábado, 4 de abril de 2020

La desaparecida fuente de Triana

Hoy toca un artículo de esos que nos gusta tanto, agudeza visual e investigación.  Para ello vamos a utilizar una fotografía muy conocida por las redes sociales y que es de las mas ermosas que se conservan del Barrio de Triana, su desaparecida fuente...


Ya la imagen sola de por sí  es una auténtica delicia,  llena de detalles y costumbrismo, ya que antaño la vida se hacía en patios de corrales en los que incluso el agua corriemte era un bien inexistente que nos hacia acudir a este tipo de fuentes.  Pero ahoa vamos al grano, ademas del antiguo Puente de Tablas, pocos detalles nos dan más pistas del lugar donde nos encontramos, salvo uno, fíjense...

¿Ven esa casa que les rodeo con un circulo blanco?, pues no la pierdan de vista, porque vamos a pegar un salto en el tiempo y nos iremos a una de las famosas riadas de los 60...


Estamos en la Plaza de Chapina con un metro de agua que no nos ha dejado ni recojer las sillas ni las mesas del bar, pues bien, miren al frente, la fachada que centra la imagen...


Pues ahí la tenemos en la actualidad,  bueno, tenemos solo una tercera parte del edificio que completaba toda la esquina,  pero aún así vamos añadir otro puntal mas a nuestra teoría,  y miren hacia el fondo de la calle, Calle Castilla...


Ahí tenemos el segundo edificio de la epoca que aún se mantiene en pié,  porque todo lo demas desapareció bajo la piqueta, con lo que se ha perdido una manzana completa de viviendas,  corrales...


Para ir cerrando el artículo de hoy  vamos a completar la sección con la simulación real de la ubicación correcta de la fuente y la imagen que nos ofrecería en la actualidad...


Tiempos mejores corrió este barrio, tiempos duros, de mucha hambre y sacrificios, pero que se enmarcaban bajo una ciudad de ensueño.  Sigamos recordándola como lo que fue, la cuna del cante, el toreo, la fragua, el barro y arte.

ABC
Antonio Serrano Cantero

sábado, 28 de marzo de 2020

El año que viene si Dios quiere

Ya son algunas Semanas Santas vívidas y siempre fue la lluvia la que sacaba de la boca de mí  madre "él año que viene si Dios quiere ". Esta misma frase es la que repetí este año a mis hijos con la tranquilidad y la experiencia de que la vida sigue y son muchas estaciones de penitencia las que me quedan vivir junto a ellos...


Espero que volvamos con más fuerza que nunca, recuperando esos juegos que nos hacían parecer mayores, donde dos tablas y diez puntillas nos bastaban para sacar un pasito a la calle disfrutando de un juego que nos llevaría a mantener nuestra tradición desde la Fé y lo ya vivido. Aquí los vemos, con más ilusión que él  mejor de los emprendedores...


La imagen como sacada de un cuento nos lleva a los años 70, en una Calle muy particular pues la anduve muchas veces para visitar "al que todo lo puede", que así  llama mi madre al Gran Poder, concretamente en la Calle Gravina. Afinamos la vista y vemos un cartel donde leemos "camas Romero"...


No era una tienda de muebles  ni mucho menos, más bien una pensión donde durante años se alojaron comerciales y gente de buena fé que venían a la capital en busca de una oportunidad...


A día de hoy no la busquen pues ya pasó a peor vida, la de la piqueta. Esta calle, al igual que sus hermanas Bailen o Canalejas, han sido o están siendo  pasto del poder piquetero, y levantando manotretos donde antaño la cal y el ladrillo de barro dieron la piel a esta bendita ciudad...


Terminamos el artículo de hoy como lo empezamos, "el año que viene si Dios quiere ", estaremos absorviendo el azahar por los poros de nuestra piel y volviendo  disfrutar de nuestra Fé con la reflexión que nos dejó esta "cuarentena que no cuaresma", de que esto es algo más que bandas, costaleros, o flores...

ABC
Lourdes Campano Criado

domingo, 22 de marzo de 2020

Polvillo

Buen domingo tengan ustedes, hoy quiero dedicar esta entrada a un buen compañero y amigo, Jose María, un vecino del Cerro con mas solera que la bota de Pedro Jiménez.
¿Quien no se ha criado comiendo ese pan tan único sacado de Polvillo?, una panadería con historia que cuaja nuestros barrios sevillanos...


Quien no ha comprado alguna vez el pan en estas tiendas al son de "dos de verano"  "una de verano", jajaja.
Polvillo no debe su nombre a la harina, su nombre nace de su fundador, Fernando Polvillo García,  quien en los años 40 bendijo esta ciudad con su pan artesano...


Muy a princio de los 60 abrió su primera tienda en Sevilla,  en el Cerro del Águila,  un barrio con idiosincrasia propia no menos importante que la de barrios como el de Triana, Nervion o El Tardón....


En esa esquinita de la Calle Hernan Ruiz sigue el despacho de pan que con tanto cariño y encanto esta manteniendo lo que hoy algunos ya ni conocen, "la vida de barrio", y que hacen de estos rincones de Sevilla pequeños oasis de sociabilidad, comunicación,  humanidad...


Feliz domingo a tod@S y que sepáis que vamos a salir de esto con mas fuerza, fé  y sevillania. Nos vemos en el siguiente artículo.

Web Polvillo
Antonio Lima Cabello

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