martes, 23 de mayo de 2017

Venta de los Gatos, relato gráfico de la desidia de una ciudad

Sevilla, que hago contigo Sevilla, que a tantas historias me transportan tus calles, que tanto disgustos me dan tus heridas, que tanto sueño me quita pensar en tu futuro. Eso mismo, "pensar", pensar que cuando viajas a otras ciudades de Europa, cualquier casa, cualquier rincón que haya sido nombrado por un escritor medianamente relevante, está conservado como oro en paño y reutilizado para contar la vida y obra de dicho escritor me causa una envidia malsana que lo digo como lo siento, me llevan los demonios.
En esta bendita ciudad tuvimos uno de esos escritores que marcan la historia de la humanidad, estudiado y leído en cualquier rincón del planeta y que puso en nombre de Sevilla en lo más alto de la literatura hispana, Gustavo Adolfo Bécquer. Uno de sus relatos más célebres y conocidos empieza en un ventorrillo a las afueras de Sevilla, La Venta de los Gatos...


Como os he marcado en el mapa, la Venta de los Gatos está situada, porque milagrosamente y por ahora está aún en pie, en el núcleo residencial de Las Golondrinas, en la Avenida Sanchez Pizjuan. Este edificio lleva soportado a sus espaldas más de 150 años, pero "años sevillanos", que son diferentes a los del resto del planeta, los sevillanos llevan el extra de guerra civil y piqueta urbanística por lo que el mérito de supervivencia es doble. El edificio como tal, ha sido utilizado para el desempeño de diferentes labores, siendo venta hasta principios del siglo pasado...


El ambiente flamenco era el principal reclamo. Podías encontrar un interior modesto pero acogedor y que reflejaba fielmente lo que podía ser una tasca de principios del siglo pasado...


Posteriormente el edificio cayó en total desuso y abandono, fue sin duda una de las etapas más duras por las que pasó el inmueble, llegandose incluso a producirse algún derrumbe en el postiguillo trasero. Todo esto hacía que apuntase a su inminente desaparición hasta que en 1928 se decide construir el nuevo núcleo residencial Las Golondrinas, es a su vez como homenaje y aniversario a la memoria de Gustavo Adolfo Bécquer, restaurada la venta y se coloca una placa modelada por el escultor Antonio Illanes, para recuerdo y distinción del lugar...



A mí al menos, ver el estado actual de la placa me causa cuanto menos una enorme vergüenza, y como no, una tremenda indignación antes el pasotismo de los estamentos municipales y de la cultura y el arte.Posteriormente, en 1935, Lorca estuvo en Sevilla en la Venta de los Gatos, pero en el Real de la Feria donde se hallaba una caseta con dicho nombre. El que estaba en realidad ese dia pero en la verdadera Venta de los Gatos era mi admirado Joaquín Romero Murube, quien luchó lo indecible por Sevilla y por lugares tan importantes como el desaparecido Hotel Madrid. Se reunió en la Venta junto con algunos intelectuales de la época para leer un manifiesto en defensa del edificio a la vez que de la memoria de Bécquer...


Posteriormente fue taller de marmolista, donde vivió su última etapa digamos "dorada" como inmueble, y donde su conservación estructural fue más o menos correcta...


El edificio cambió de nuevo de dueño,y fue ocupado por una familia que creaba un pequeño rebaño de cabras, algunos abuelos que nos estén leyendo en estos momentos recordarán como sus madres les mandaba a comprarles leche cántara en mano...


Posteriormente el edificio entró en un estado total de abandono, produciéndose el expolio total de todo su interior, rejas, etc y siendo además un foco de infección y núcleo neurálgico donde los drogadictos se administraban sus dosis ajenos a miradas indiscretas...


Hoy en día el estado del edificio es lamentable, y no podemos contar a ningún sevillano o turista su historia porque su estado de conservación y la imagen que presenta es una auténtica vergüenza...


Podría estar preparado como centro de visitas o centro de interpretación e incluirse en una ruta turístico cultural, pero claro, entonces hablaríamos de invertir dinero en cultura, restauración y conservación y eso en Sevilla esta tabú, por lo que dejaremos el articulo de hoy como un recuerdo gráfico antes su más que posible futuro derribo, lamentable, pero es así.

ABC
Fototeca municipal de Sevilla
Universidad de Huelva
Maria Antonia Garrido Segura

sábado, 20 de mayo de 2017

Derribado... ¿para qué?

En Sevilla cualquier derribo que afecte a nuestro patrimonio es lamentable, lo es porque a ninguno le encuentro una justificación que lo respalde. Unos los justifican con ensanches necesarios, otros en pos del progreso, y otros no saben ni lo que van a decir por tal de no quedar como ignorantes ante la opinión pública. Este caso que vamos a ver, creo que corresponde con todo lo descrito...


Años 20 del pasado siglo, tenemos a la Señá Santa Ana, patrona de Triana, haciendo procesión de forma extraordinaria en el Corpus de Sevilla, hasta ahí todo correcto. Aún no aparece el azulejo del Cristo del Amor en el lateral de la fachada de la Colegiata, pues no se hizo hasta 1930, pero si vemos algo muy interesante que nos llama la atención...


Es un hermoso caserio que se pierde escorado hacia la derecha al comienzo de la Calle Villegas. Corresponde con los arquetipos sevillanos de finales del 17 principios del 18, con esa parte superior de ventanas pequeñas, soberao utilizado habitualmente como secadero y almacén de cereal.
Este edificio fue derribado en torno 1945, y se cataloga como "derribo de lo absurdo", pues su solar es ocupado por 4 naranjos y un kiosco de prensa...


Para los que amamos Sevilla, estos atentados urbanísticos nos resultan incomprensibles e injustificables, y aún así, en pleno siglo XXI seguimos por el mismo camino, pues estamos arrasando con el regionalismo que queda en pie en Nervión. Yo al menos, seguiré desde mi humilde atalaya, intentando remover alguna conciencia, pues tal vez aún podamos salvar algo para los que vendrán a esta bendita ciudad en un futuro.


Terminamos el articulo avisando de que esteis atentos, porque habrá una segunda parte mas interesante si cabe, asi que nos vemos pronto, un abrazo.


Julia Moreno Beta
Jose Luis Seca Romera

Mirando a Roma

Hoy le voy a dedicar esta publicación a un buen amigo de la infancia, Manuel Martinez Lopez, o como yo le llamaba, "Manolito el del callejón". Hace unos días publicó una foto de las columnas de la Calle Mármoles, muy cerquita de la mi querida Hermandad de la Candelaria, y comentamos la belleza de algo tan sobrio y misterioso como son tres columnas de mármol embutidas en el corazón de Sevilla...


Hablar de la historia de esta columnas es hablar de la historia de Sevilla. Las columnas fueron descubiertas en 1574 y eran seis en origen. La primera se hizo añicos en la Calle Mateos Gago cuando era trasladada a Alcázar por orden de Pedro I de Castilla, un antojo personal que nos salió caro a todos los sevillanos. Otras dos sostienen al hijo de Zeus en la Alameda que lleva su nombre, la de Hércules. Las tres restantes se están literalmente "desintegrando" en la Calle Mármoles, junto a un lujoso edificio de apartamentos que tienen el privilegio de poseer ventanas "mirando a Roma", o como es lo mismo, mirando a las columnas...


Las columnas muestran la cota original de la calle en tiempos de la vieja Hispalis, cinco metros por debajo del actual nivel de la calle, y nos da una idea muy aproximada de cuánto ha cambiado Sevilla, y de cuando quedan aún por descubrir debajo de ella.
Hasta 1885 las columnas no estaban visibles, pues estaban embutidas en el patio interior de una vivienda, que fue derribada en 1886 para dejarlas a la vista...


Estos son los restos "supuestamente", del pórtico que conformaba uno de los templos del centro neurálgico de la villa, aunque otras teorías se inclinan por que son más bien de otro tipo de edificio, que estuvo en una localización diferente a la actual, siendo estas columnas parte de un expolio y colocadas ex profeso en la Calle Mármoles para la cimentación de antiguas casas...


A mediados de los 80 las columnas presentaban peligro de colapso, ya que estaban sustentadas sobre una cimentación muy debilitada por el paso de los siglos y por los movimientos de tierra que se habían producido a su alrededor, siendo entonces cuando se practicó una reparación de urgencia mediante un relleno de hormigón en su base, y refuerzos lineales entre las columnas...


Actualmente el estado de las mismas es lamentable, tanto por la falta de limpieza de vegetación intrusiva, como por localización o falta de dípticos que definan perfectamente lo que se está contemplando y el estado estructural que presentan de por sí las tres columnas. En Sevilla se están debatiendo dos vertientes de pensamiento sobre el futuro de estas columnas, aunque ambas tratan el mismo fin, que es la restauración urgente de las mismas. Una de las posturas habla de conservarlas en el emplazamiento actual, la Calle Marmoles, y la otra de su reubicación en otra zona de la ciudad que esté más adecuada y adecentada para su exposición y conservación, ya que estos últimos refuerzan su postura con la teoría de que incluso hoy en día no están en su emplazamiento original.
Fuera como fuere, el estado actual de las columnas y el entorno que las rodea es lamentable, y son las grandes olvidadas de Sevilla, afirmando incluso que muchos sevillanos las conocen pero no saben ni el lugar concreto donde se encuentran. Espero que este humilde articulo llegue a oídos de alguien que sí pueda hacer algo por ellas y gaste un poco de la vergüenza torera que se ha perdido con nuestro pasado y nuestra historia,

Fototeca de Sevilla
Marisa Pedrero Lopez
Julio Garcia Comar

miércoles, 17 de mayo de 2017

Fernando Marquensen Winson y la dura realidad de 1906

Hoy vamos a tratar un tema duro, muy duro, vamos a sumergirnos en el pasado con nuestra particular máquina del tiempo para conocer la historia de una persona normal y corriente, que sufrió las consecuencias de sentirse distinto y no ser entendido por la sociedad que lo rodeaba principios del siglo 20, amig@s esta es la historia de Fernando Marquensen Winson...


Déjenme primero que les cuente de dónde viene Fernando para entender cómo de dura fue su vida desde su nacimiento. Este señor nació en 1836 en la ciudad de París, siendo un joven de 16 años sirvió como soldado en la marinería francesa, donde se licenció con honores a temprana edad. La vida le trajo hasta Sevilla a la edad de 31 años donde consiguió empleo como Guarda de Vigilancia.
Bien, hasta aquí la historia normal de una persona que nació a finales del siglo 19 y que se hizo por méritos propios sevillano de adopción y de corazón. El problema vino a la edad de 60 años, cuando sufrió un grave accidente laboral, lo cual hizo que fuese ingresado en hospital donde tuvo que ser reconocido para ver el alcance de sus lesiones. Fue en aquel momento donde los médicos certificaron que Fernando Marquesen era físicamente una mujer, es decir un transexual...


Esto que hoy en día es fácilmente entendible por gran parte de nuestra sociedad, fue en 1906 un revuelo mediático a nivel nacional, siendo difundido por ABC de la "particular" manera que continuación comprobaremos...



La publicación se hace el 5 de Noviembre de 1906 en el Diario ABC "Madrid" con una fotografía de Fernando aún convaleciente del accidente y apoyado sobre una muleta en la puerta del hospital. El diario que consta de 16 páginas, ya le hace mención con una fotografía que ocupa más de media en una de sus páginas interiores, relatando "la historia" en la página siguiente...


Como entiendo que cuesta leer el articulo debido a la calidad de la edición, les hago una breve transcripción para que vean la mentalidad de la época, y como se trata el tema de Fernando a nivel mediático...

"El guardia mujer.
Sevilla, para aliviar la triste jornada de
la ejecución de reos de Peñaflor, ha tenido
el regocijante espectáculo de ver que un vete-
rano guardia de vigilancia de aquella capital, 
es pura y simplemente una veterana, en la cual
ha de hallar un poderoso argumento en pro de
su causa el moderno feminismo.
La historia es ya conocida.
Desde hace treinta años venía prestando sus
servicios como individuo del cuerpo de vigi-
lancia una persona llamada "Fernando Mar-
quensen  Winson", que contaba en la actualidad
sesenta años de edad.
Una caída que sufrió hizo necesario un re-
conocimiento facultativo, y el médico, al con-
vencerse del cambio de sexo, puso el hecho en
conocimiento del gobernador civil, que mandó
instruir el oportuno expediente.
El tipo de "Fernandito" era popularísimo, 
Había nacido en París en 1836, y su vida es
una verdadera novela.
Desde edad de nueve años vistió por prime-
vez los pantalones, que no ha vuelto á cam-
biar por el traje de su sexo, habiendo servido
como soldado en la marinería francesa.
La pícara casualidad ha echado por tierra la
la tranquila existencia de este policía apócrifo.

Es un articulo es muy duro duro y si no entendemos en el contexto en el que se realizó, 1906 y la mentalidad de aquella sociedad, pues es muy complicado de digerir. Como leemos en el relato, una vez descubierto el sexo de Fernando, se informó inmediatamente al gobernador civil por lo que la suerte de esta persona no tuvo que ser muy buena, dado el trato que recibían los tranxesuales y homosexuales en aquellas fechas. Termino el articulo dejando claro que Fernando Marquensen Winson también forma parte del pasado de Sevilla, fue por suerte o más bien por desgracia un personaje de esta bendita ciudad, y como tal, parte de su historia. Sirva también como reflexión que la libertad de identidad de las personas es un derecho y que no respetarlo puede causar un daño irreparable hacia ellas, por lo que si comprendemos esto, lograremos una sociedad más justa para todos.

ABC
Joaquín Soto Enjebar

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