sábado, 20 de mayo de 2017

Derribado... ¿para qué?

En Sevilla cualquier derribo que afecte a nuestro patrimonio es lamentable, lo es porque a ninguno le encuentro una justificación que lo respalde. Unos los justifican con ensanches necesarios, otros en pos del progreso, y otros no saben ni lo que van a decir por tal de no quedar como ignorantes ante la opinión pública. Este caso que vamos a ver, creo que corresponde con todo lo descrito...


Años 20 del pasado siglo, tenemos a la Señá Santa Ana, patrona de Triana, haciendo procesión de forma extraordinaria en el Corpus de Sevilla, hasta ahí todo correcto. Aún no aparece el azulejo del Cristo del Amor en el lateral de la fachada de la Colegiata, pues no se hizo hasta 1930, pero si vemos algo muy interesante que nos llama la atención...


Es un hermoso caserio que se pierde escorado hacia la derecha al comienzo de la Calle Villegas. Corresponde con los arquetipos sevillanos de finales del 17 principios del 18, con esa parte superior de ventanas pequeñas, soberao utilizado habitualmente como secadero y almacén de cereal.
Este edificio fue derribado en torno 1945, y se cataloga como "derribo de lo absurdo", pues su solar es ocupado por 4 naranjos y un kiosco de prensa...


Para los que amamos Sevilla, estos atentados urbanísticos nos resultan incomprensibles e injustificables, y aún así, en pleno siglo XXI seguimos por el mismo camino, pues estamos arrasando con el regionalismo que queda en pie en Nervión. Yo al menos, seguiré desde mi humilde atalaya, intentando remover alguna conciencia, pues tal vez aún podamos salvar algo para los que vendrán a esta bendita ciudad en un futuro.


Terminamos el articulo avisando de que esteis atentos, porque habrá una segunda parte mas interesante si cabe, asi que nos vemos pronto, un abrazo.


Julia Moreno Beta
Jose Luis Seca Romera

5 comentarios:

Juaki dijo...

La verdad es que se han hecho muchas calamidades urbanísticas; y la mayoría, sin sentido alguno.
Un saludo.

El Pasado de Sevilla dijo...

...y se siguen haciendo, que es lo lamentable.
Un saludo y gracias por comentar.

Tania (Sevilla desde La Giralda) dijo...

El ser humano es el único animal que tropieza con la misma piedra.

No comprendo porque esa obsesión por derribar sin sentido. Aunque comprendo que el caballero don dinero suele estar detrás de estas maniobras.

Gracias por tu labor.

¡Feliz 2017!

Saludos

El Pasado de Sevilla dijo...

Así es tania. Ojala algún día sevilla opte por recuperar y conservar.

Pastiche es una palabra inventada por los urbanistas para mantener su puesto de trabajo.

Ignacio Trujillo dijo...

Estimado amigo,

Te adjunto un enlace de mi blog "Desde mi azotea":

http://desdemiazoteaveo.blogspot.com.es/2015/12/joaquin-turina-os-saluda-desde-mi.html

donde se incluye una interesante foto de Turina desde ese lugar comparándola con la actualidad. Yo vivo en el edificio de al lado del derruido y no me cuadra que la foto sea exactamente desde mi azotea. Creí que se había tomado desde el que ocupaba el solar del kiosko, aunque no me cuadra la baranda de hierro y la azotea con el tejado y los soberaos. Quizá sea un edificio de detrás que está más alto, aunque tengo mis dudas.

Muchas gracias por tu blog que es magnífico.


Saludos,

Ignacio Trujillo

P.D: El derribo en todo caso no ha sido absurdo ni mucho menos, ya que, además de los cuatro naranjos, permite instalar muchísimos veladores :)