jueves, 11 de mayo de 2017

El doble crimen de la Calle Canalejas

¡Tranquilos!, antes de nada quiero dejarles claro que este articulo no contiene nada morboso o relacionado con sangre, pero si va a describir, como bien dice el titulo del articulo, un doble crimen urbanístico. Antes de empezar les pido que se relajen, que disfruten del desarrollo en su lectura pues es el articulo con el documento gráfico mas abundante de todos los que se han hecho hasta ahora en el pasado de Sevilla.
Para empezar, es bueno que nos situemos, pues no todo el mundo sabe donde se encuentra la Calle Canalejas...


La Calle Canalejas esta justo a continuación de la Calle San Eloy si vamos dirección a Marques de Paradas, perpendicular a la Calle San Pablo y siendo por tanto la que divide la Calle Gravina y la Calle Bailen en dos. Esta calle fue el mejor exponente sevillano del urbanismo regionalista de la generación del 29. En ella levantaron los arquitectos de mas renombre de la época sus mejores edificios y por ende uno de los mejores muestrarios del regionalismo sevillano, del que dicho sea de paso, queda muy poco en pie. Pues bien, había dos inmuebles en dicha calle que eran tan singulares y extremadamente bellos que otorgaban a esta calle el adjetivo de señorial, uno construido por el arquitecto Aníbal González y el otro por el arquitecto Juan Talavera.
Empecemos por el edificio de Aníbal González, pues es del que mas documentación gráfica existe...


El edificio fue construido a comienzos de los años 20 para el Marques de Monteflorido, y estaba conformado por tres fachada dividido en tres plantas y dotado de un patio interior aporticado con columnas de mármol...


El edificio sera bastante conocido para alguno de nuestros lectores, pues fue también Colegio de Opus a partir de los años 40, cuando el Marques vende el inmueble Congregación del Opus Dei, que lo convierte en Residencia de Estudiantes como se conocía entre los sevillanos, "Colegio Mayor Guadaíra"...


Y como todo edificio regionalista, si la fachada era un alarde arquitectónico de buen gusto y proporciones, ya pueden imaginarse como era entonces el interior. Acompáñenme, vamos a conocerlo...

Patio interior
Como pueden observar, el patio interior era un alarde de buen gusto y sin duda invitaba al descanso y la reflexión con todas las comodidades. Apliques cerámicos, columnas de mármol, herrajes, todo es increíblemente hermoso. Ahora pasemos a la planta baja, donde los techos y zócalos son los actores principales de esta increíble obra...

Planta baja
Distribuidor y escalera principal
Distribuidor de la planta superior
Sala de estudios y capilla
Se que ahora mismo están divididos entre una catarsis por la belleza y riqueza al ver lo que escondía en su interior y a su vez en un estado de shock pensando en que ya nada de aquello existe y que fue derribado sin contemplaciones...


En 1964 la congregación había crecido enormemente y su popularidad era un reclamo que cada vez atraía mas estudiantes, lo que provoco que abandonaran el edificio para trasladarse a la Avenida de la Palmera, por lo que este fue vendido e inmediatamente derribado para construir en su lugar un bloque de pisos al mas puro estilo "mamotreto"...


Ver lo que tenemos en la actualidad levantado en el solar que ocupaba este edificio es cuanto menos deprimente, y no encuentro explicación a la motivación que llevo a los sevillanos a permitir tal crimen...


No es solo cuestión de comparar el antes y el después, es que nos sumamos en una profunda reflexión de que ciudad es la que vamos a tener dentro de 20 años de seguir por este camino...


Siento tener que hacerles pasar por un mal momento, pero ahora vamos a continuar con el segundo edificio, y por tanto el segundo crimen urbanístico que se cometió en esta calle, el derribo del edificio construido por el arquitecto Juan Talavera...


No se que estarán pensando ahora mismo, yo estoy pensando que me parece un edificio impresionante y que me parece increíble que no este en pie. Pues bien, este edificio estaba en la misma calle que el anterior de Aníbal González, bueno, es que estaba en realidad justo al lado...


El edificio fue construido en 1925 para Eduardo Benjumea Zayas, y marca sin duda uno de los dos estilos del regionalismo sevillano que coparon la ciudad en aquellos años. Llama poderosamente la atención los detalles y filigranas de los herrajes que formaban el cerramiento de los balcones, ademas de la riqueza en azulejos que mostraba la fachada...

 

El dibujo de su fachada guarda un gran parecido con el Palacio que diseñó Simón Barris para Miguel Sánchez Dalp en la Plaza del Duque, y que por desgracia también fue pasto de la piqueta. Este de Talavera tampoco duró mucho mas y su derribo fue muy prematuro, no llegando a estar en pie apenas 50 años, pues fue construido en 1925 y comenzado a derribarse en 1959 por lo que nos duro unicamente 34 años...


Es increíble como se degradó en menos de 40 años la elegancia y riqueza de una calle a mas puro nivel "mamotretico" con pisos mastodónticos insulsos que ademas de no aportar nada, tan solo sirvieron para enriquecer a unos pocos. Observen esta humilde recreación de como seria el estado de la acera con los dos edificios en pie, y compárenlo con lo que tenemos hoy plantado en su lugar...

Fotocomposición de dos fotografías, una de los años 60 y otra de 1925, para mostrar como sería el aspecto original de la calle con los dos edificios aún en pié
Aquí termina por hoy este doloroso articulo, pero a la vez denuncia de un echo que Sevilla tiene escondía en la memoria, y no lo reprocho, por que es sin duda una autentica vergüenza como ninguno de nuestros mandatarios ha sido y es, capaz de cuidarla, conservarla y evitar que se especule con su historia. Ahora díganme con la mano en el corazón de sevillano que tienen, ¿es o no es esto el doble crimen de la Calle Canalejas?.

Universidad de Sevilla
Fototeca Municipal
Fundación Opus Dei
Julio Temprado Garcia
Juan Lorite Moreno
Ana María Luque Escrivá

lunes, 8 de mayo de 2017

El desaparecido viaducto de las Madejas

Sevilla es una caja de sorpresas, pero para encontrarlas, hay que escarbar en la memoria, pues en pleno siglo XXI es difícil dar con ellas a simple vista. Hoy en día es una ciudad de avenidas de cuatro carriles que te llevan hasta su mismo corazón, pero antaño, la ciudad fue un sin fin de callejas, conventos, murallas y acueductos que hacían "la pequeña Florencia".
Una de esas estampas o "tesoros", lo encontrábamos en pleno corazón del barrio de la Calzá, en el cruce de la Calle Luis Montoto con Calle Juan Antonio Cavestany, y era conocido popularmente como el Puente de las Madejas...


Su construcción se debió a dos motivos muy importantes, el primero por que era parte del tramo final del acueducto de los "Caños de Carmona", que llevaban el agua hasta la Puerta de Carmona donde se encontraban las cisternas. Y el segundo, por que en su parte baja formaba un puente/viaducto que salvaba el desnivel y el río Tagarete, que en aquel entonces cruzaba la ciudad de Sevilla.
Para encontrar este tesoro o lo que queda de él, tenemos que echarle un poquito de imaginación, pues tan solo se conserva parte de la primera arcada del acueducto que cruzaba el puente...


Recordemos, que esta obra nos fue legada de los Romanos, conservada y restaurada por los Almohades, hasta que del 1868 al 1911 nos dio por liarnos con ella a piquetazos, dejando tan solo dos tramos muy pequeños, uno de ellos, como acabamos de comentar, el que pertenecía a este puente...


El otro tramo que dejamos en pie está a tan solo 200 metros, y se salvó por estar en terrenos de propiedad privada, las antiguas Huertas de la alcantarilla de las Madejas, como también lo estaba este pequeño tramo, pues ambos estaban destinados a desaparecer por el ensanche de Luis Montoto y la posterior construcción del puente de la Calzá...


Para situarnos, tendríamos que imaginar que estábamos sobre el Puente de las Madejas, donde posteriormente se construiría el Puente de la Calzá...


El pequeño tramo de acueducto que vemos al fondo es el que posteriormente sería tapado por el Puente de la Cazá, puente que también desapareció tras las obras de 1992...


El Puente de la Cazá podríamos decir que fue el ángel protector de estos dos tramos de acueducto, y que sin él y un poco la vista gorda de los gobernantes de la época, hubieran desaparecido sin remedio alguno a principios de 1930...


Quiero cerrar este articulo con una entrañable fotografía de las vías y el Puente de la Calzá. Vías que entonces cruzábamos mi madre y yo para visitar a mi tío que por aquel entonces tenia su taller en el Barrio de San bernardo...


El derribo de este puente en los años 90 fue un desahogo bastante importante para la ciudad, pues con su desaparición, se dio oxigeno a ese sector y se facilito enormemente el transito de peatones y vehículos en un cruce tan estratégico de la ciudad como lo fue este de Luis Montoto...


Terminamos como hemos empezado, recordando que Sevilla es una caja de sorpresas, y que como siempre les digo desde que empece la andadura, están totalmente invitados a descubrirlas desde este pequeño rincón cibernético llamado el pasado de Sevilla.

Antonio Narvona López
Universidad de Sevilla
ABC

viernes, 5 de mayo de 2017

El "Talaverazo" del Colegio Oficial de Arquitectos

Todos los días recibo una gran cantidad de correos, intento contestarlos todos aunque me resulta complicado por el tiempo del que dispongo. Algunos son felicitándome por la pagina del pasado de Sevilla, otros me mandan fotografías, algunos me piden ayuda para algún trabajo o libro y como no, esta la crítica.
Yo la crítica la llevo bastante bien, incluso soy de los que pienso que es constructiva, y nunca entro en polémicas o discusión con nadie, las acepto perfectamente y si entiendo su argumentación pues le pido disculpas sin ningún problema. Ahora bien, esta el arquitecto de turno, urbanista casi el 99% de las veces y que no se dirige a mí para hacerme una crítica sino para faltarme el respeto, pues para estos señores estoy denostando su oficio en cada publicación que realizo, y no se porqué ya que no los suelo nombrar pero ellos solos se dan por aludidos. Esta semana pasada, uno en concreto que trabaja en el Colegio de Arquitectos de Sevilla se sintió especialmente ofendido y me dijo que ellos el 95% de las veces trabajan para un empresa contratante con unas ideas muy predefinidas de antemano y que no les dejan margen de adaptación en el proyecto al entorno, y ya fue cuando me dije a mismo, amigo no eres el primero ni el último con el que hablo y tengo entre mi circulo a algunos de tus compañeros, y yo si se "la verdad del barquero", y no es esa que me estas contando.
Después de una hora intercambiando correos conseguimos llegar a un punto de encuentro, para lo que le puse antes un ejemplo para mí muy claro de, que es Sevilla, y como funcionan los arquitectos en ella, el ejemplo del "Talaverazo"...


¿Qué es lo que estamos viendo y por ende que es el "Talaverazo"?, pues bien, Estamos ante todo un ejemplo del regionalismo sevillano, un edificio diseñado por nuestro querido Juan Talavera y Heredia, construido en torno 1912 como casa-comercio para Don Rafael Lamadrid. Imagino que se estarán preguntando en qué calle está este hermoso edificio, y por supuesto yo les saco de dudas rápidamente, no está pues fue derribado, pero les iré dando una pista para que adivinen donde fue levantado...


¿Ya lo han localizado?, les adelanto que la fotografía nos muestra como se empiezan a levantar los primeros bloques de oficinas en el nuevo ensanche de la Calle Imagen, y si se fijan al fondo de la imagen junto a la Iglesia de San Pedro pues...


¡Pues ahí lo tienen!, estaba situado exactamente donde hoy se levanta el Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla. Bien, ahora querrán saber cómo fue su final, y el porqué de su derribo, solo tienen que seguir conmigo para averiguarlo. Era finales de los años 60, Sevilla estaba en plena revolución urbanística, ensanches a tutiplen, urbanistas tachando casas, palacios y calles en sus planos para crear nuevas avenidas, y como no, todo empezó en esa famosa arteria con la que quería unir el centro de la ciudad con la Ronda Histórica...


Los derribos se comenzaron pero claro, esto era la punta del iceberg, también vendrían los derribos de la Exposición del 29, toda la arquitectura que venía con el tardofranquismo, etc, etc, y esto conllevaba además de mano de obra, un número elevado de arquitectos que trabajan en todo este nuevo maremagnum "piquetero" que se había creado. Hay que organizar todo esto y buscar una sede ya asentada para el nuevo Colegio de Arquitectos y al Ayuntamiento todo lo que le olía a regionalismo no le suponía valor, para ellos era relativamente nuevo y no había alcanzado esa vitola de histórico, por lo que era perfectamente derribable. Es cuando se señala el solar que dejaría el derribo del edificio de Juan Talavera en la esquina de la Plaza del Cristo de Burgos...


La cosa tiene miga porque parecía que ese solar estaba cotizado y para reservar el derecho sobre él, lo derribaron cuando todavía no se había presentado ni siguiera el proyecto, es más, el edificio es derribado a principios de los 70, el proyecto no se presenta hasta el año 1976, pero es que el edificio actual no está totalmente terminado hasta 1986, echen conmigo las cuentas, 86-70=16 años de solar para que al pueblo sevillano se le fuera olvidando el "Talaverazo" que allí se había cometido...


Total, que el mamotreto que tenemos allí a día de hoy, fue el resultado de un primer premio de arquitectura que sirvió para suplir el edificio de Juan Talavera, no se, juzgen ustedes mismos, yo al menos lo tengo muy claro, y el señor arquitecto que estuvo discutiendo conmigo una hora también lo tuvo. A todo esto y como broche, se da la macabra paradoja de que justo el año que se termina de construir el nuevo edificio, 1986, es aprobada la nueva ley de protección que hubiera salvado al edificio de Talavera de la piqueta, cosa que tampoco importa mucho en el siglo que vivimos, pues esa ley fue derogada en 2006 y a día de hoy carecería de toda protección y podría ser derribado mañana mismo...

¡Ay Sevilla, como diría aquel poema, 
te quiero como se quiere lo que no se tiene, 
ni se puede ni se debe...con locura!

Fototeca Municipal de Sevilla
José López Contreras
Julio Moreno Turón

miércoles, 3 de mayo de 2017

La flamenca motera

Esta pasada cuaresma tuvimos uno de los artículos que más simpatía despertó en lo que llevamos de año, el nazareno motero, y que además de ser una fotografía simpática, nos descubrió parte del pasado de la Calle Almirante Lobo y algunas de sus edificaciones ya desaparecidas.
Hoy vamos a tomar por banda la segunda festividad de la ciudad, la Feria de Abril, para lo cual nos iremos hasta 1959 acompañad@s de esta simpática flamenca motera...


Que maravilla de fotografía, es un documento magnífico de la época que nos muestra una guapísima Gitana que va para el Real de la Feria del Prado de San Sebastián montada en su flamante Vespa blanca...


Debemos de advertir a nuestros lectores más jóvenes, que en aquellos años no era obligatorio el casco, y parece ser que con un mantón sobre los hombros su seguridad la cubría al menos contra resfriados.
Se estarán preguntado por el lugar donde fue captada la imagen, y es que esos adoquines que a más de uno nos enamoran, despiertan cuanto menos curiosidad, ya que para nuestra desgracia están en vías de extinción en esta bendita ciudad. Pues bien, tomen como referencia el inconfundible edificio que vemos al fondo de la imagen, en la parte derecha...


Efectivamente, es el edificio Banco Bilbao de la Plaza Nueva, inconfundible por su fachada monumental y por sus enormes columnas jónicas que flanquean toda su fachada...


Espero que hayan disfrutado de esta interesante como divertida fotografía, y que disfruten de una bonita Feria 2017, yo mientras tanto estaré preparando gustosamente el siguiente viaje al pasado de Sevilla.

Fran Lorite Mengibar

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