domingo, 9 de junio de 2019

De la Puerta de Carmona no quedó ni la sombra

Hay varias espinitas clavadas en el corazón del sevillano, pero dos son las que mas se repiten entre la gente, una es el derribo del Palacio de Sánchez Dalp y la otra el derribo de las Puertas de Sevilla. Todas las Puertas fueron monumentales, magnificas y singulares, pero dos son las que mas impresionan cuando las conocemos, una la Puerta de Triana, y la segunda, tanto por monumentalidad como por el conjunto histórico que formaba junto con el acueducto es la Puerta de Carmona...


En este articulo vamos a hablar muy poco de la puerta en si, pues ta hay varios artículos en el pasado de Sevilla que la definen y analizan en toda su extensión, pero si vamos hablar de lo que había tras ella, que ensombrecía bajo su portada monumental...


Bien, no se alarmen, se que la definición de la imagen no es de muy buena calidad y que así poco vamos a poder comentar, por eso los voy a teletransportar en el tiempo y les llevare hasta justo detrás de la puerta, para que observen con claridad las casas que les muestro...


Que maravilla de fotografía, ¿verdad?. Acabamos de atravesar la Puerta de Carmona y nos encontramos con la hoy "Calle Puerta de Carmona". Observamos como un grupo de niños miran atentamente a la cámara, pensando que alguien les intenta robar el alma con una maquina diabólica...


Pero vamos a lo que nos ocupa, el caserío que esta tras estos pequeños, y que hoy por desgracia ha desaparecido en su totalidad...


Hablamos de un caserío de valor incalculable, con esa esquina aporticada y esas ventanas en las plantas superiores que se repetían en las casas los siglos 17 y 18 y eran utilizadas como  ventilación  y almacén para secadero de embutidos y cereales...


Este tipo de casas las vemos en fotografías antiguas de la Plaza de San Francisco, la Avenida de la Constitución, la Calle San Fernando, la Plaza de la Pescadería, la Plaza de la Alfalfa, y que fueron desapareciendo en su inmensa mayoría a principios del siglo 19 he incluso hoy en día en pleno siglo 21. Sabemos que tanto la puerta como estas casas fueron derribadas a finales 1870 principios de 1880, y en su lugar se levantaron las casas que hoy vemos, y que corresponden al modelo arquitectónico propio de principios y mediados del siglo 19...


De nuevo y porque para mi es una lucha personal, les pido que se fijen en el contraste del antes y el después, y como el adoquinado desparece bajo una terrible capa de alquitrán, no nos olvidemos que la verdadera piel de Sevilla sigue ahí abajo escondida, esperemos que algún día la rescaten y nos la devuelvan.

ABC
Ana María Cabo Gutiérrez

domingo, 2 de junio de 2019

Pinzón, un marinero menos en Triana

Hoy seguimos con nuestra "macabra" ruta de derribos por el barrio de Triana, nos vamos a ir al cogollo del pueblo trianero donde emergió la Cava de los gitanos...


Años 60, un avispado fotógrafo capta para el recuerdo el ajetreo cotidiano de los vecinos que caminan ante un edificio con las horas contadas y que les hace las veces de telón de fondo en la esquina de la Calle Pinzón...


¡Madre mía!, observen que calles la rodean, la Calle Castilla, La Calle Tejares y la Calle Alfarería, como diría un trianero, "el paraíso en la tierra". Allí se levantaba un edificio que muchos conocerán por pasar todas las mañana frente a su esquina para ir comerse la tostá al Bar el Tropiezo...


La fotografía esta tomada en 1964 y por desgracia el inmueble presenta ya un estado bastante malo y dando signos de cual seria su suerte. Observen el cartel publicitario que vemos en su esquina anunciando el Hotel Montecarlo y el Hotel Reyes Católicos, hoy en día todavía activos...


Con el derribo de este edificio y el colindante, surge un enorme solar que daría sitio a un bloque de pisos que para nada guarda el diseño o la calidad artística de su antecesor, rompiendo una vez mas la estética de todo un barrio y sumando otro granito de arena a ese borrado de la historia de todo un pueblo como el de Triana...


No vamos ni a comentar el pedazo de mamotreto que después se plantó justo delante haciendo las veces de ambulatorio y que me hacen cerrar los ojos cuando paso por el lugar y no volver a abrirlos hasta que no llego frente al Zurraque.

Foro Cofrade
Agustín Morales Pérez

domingo, 14 de abril de 2019

El misterio del Paseo de Colón

Domingo de Ramos de 2019, que día para un sevillano. Es por eso que vamos a dedicarle un artículo como se merece, de los que algunos de mis lectores denominan como "descubrimiento".
Para ello viajaremos en el tiempo hasta el Paseo de Cristóbal Colón o como popularmente le abreviamos, Paseo de Colón...


Esta fotografía es muy peculiar, siempre ha suscitado unaugran na polém por que a pesar de su antigüedad, muestra una definición perfecta, y es justo en esa perfección donde detectamos un detalle que nos llama la atención, ¿Lo han visto ya?...



Ahí lo tienen, y es ahora cuando empieza el debate de marras, ¿Es una grúa del puerto, es un kiosko, es parte de un edificio, no es nada?, Pues hoy, Domingo de Ramos vamos a despejar cualquier duda y confirmarles que es eso que no sabemos definir....


Bingo para los que pensaron que era un monumento. Después de separar los pixeles de la imagen y volver a completarlos hemos obtenido una definición aceptable donde vemos casi con toda precisión lo que se conocía como Monumento de la Santísima Trinidad. Fué realizada por el Insigne escultor Blas Molner en torno al 1780, y ubicada en un enclave muy peculiar, frente a la entrada del Puente de Barcas...


No hay datos, al menos públicos, donde podamos contrastar la fecha de su desaparición, pero si hemos consultado algunas fuentes que nos barruntan como posible horquilla a comienzos de la Segunda República, con el pretexto del ensanche de la Avenida, pues su enclave exacto era donde hoy transcurre el carril doble que nos conduce del Paseo de Colón hacia Reyes Católicos...


Sea como fuere, el caso es que ya no está ni si quiera en otro emplazamiento o ciudad, simplemente desapareció como tantos otros monumentos sevillanos de un valor artístico incalculable e irrecuperable. Que pasen una buena semana y espero que hayan disfrutado leyendo este artículo como lo he hecho yo escribiéndolo.


Fototeca municipal de Sevilla
Archivo público del Museo de Louvre

domingo, 7 de abril de 2019

Más que un ensanche, un despropósito.

Antes de empezar, voy hacer una pequeña recomendación para entender con mayor facilidad la publicación que hoy nos reúne, y es la visitar este otro articulo anterior, "una calle muy larga", pues ambos van directamente relacionados.
Sin más preámbulos, vamos a sumergirnos en la Sevilla de finales del XIX, principios del XX, donde nos encontraremos con una ciudad que guarda aún parte de esa originalidad que la hizo tan popular en el resto de Europa...


¡Que estampa!, independientemente de la belleza del entorno, fijémonos en los detalles, desde esos hermosos adoquines, hoy arrancados y vendidos en gran parte a los Países Bajos, como también el de ese niño que acompaña al padre vigilando la burros que van con las alforjas llenas de patatas y legumbres que van a vender casa por casa. Otro hermoso y curioso detalle lo tenemos en la parte media-izquierda de la imagen...


Es un urinario público, de los muchos que había por aquel entonces en Sevilla, y como intuimos por las piernas que se ven asomando bajo las pantallas de protección...estaba ocupado en ese momento.
Bueno, para el que todavía no haya caído en la cuenta, estamos entrando en la Plaza Virgen de los Reyes, pues como bien ven al fondo, tenemos el hermoso Palacio Arzobispal...


Y justo a la derecha de la imagen, tenemos el motivo por el que estamos hoy tod@s aquí reunidos, son los edificios que daban entrada a la antigua Calle borceniguería, hoy Calle Mateos Gago, y que fueron derribados para el ensanche de principios del siglo XX, coincidiendo con los preparativos de la Exposición Iberoamericana de 1929...


El título de hoy dice, "más que un ensanche, un despropósito", y ustedes diréis, ¡que exagerado", pero es que para mí nunca tendrá sentido el derribo de todo un caserío del siglo 17 y 18, excusando el acto en que, el trazado de la calle era demasiado sinuoso y tortuoso, motivo por el cual entonces, se tendría que haber derribado toda la Judería y el 90% de la ciudad que restaba por ende, haber exiliado a todos los sevillan@s al desierto de Almería, que allí seguro que pasaban los coches sin problemas por cualquier sitio.
Esta sería la vista del derribo de estas casas, desde la Calle Mateos Gago, y pensemos que toda esta demolición se llevó lo mejor del caserío del siglos 17,18 y 19...


La vista que proporciona esta imagen es fantasmal y apocalíptica, pero no nos da la dimensión del ensanche hasta que no la comparamos con la actualidad...


Sigo sin comprender porque estamos acostumbrados, o más bien nos han acostumbrados a denominar por "Plazas" a meros ensanches de calles que no están dotados de nada, de lo que comúnmente podamos encontrar en una Plaza al uso de cualquier otra ciudad...


Esto no lo digo tan solo por esta Plaza de Virgen de los Reyes, sino también por otras como la Plaza de San Francisco o la Plaza del Salvador, lugares exentos totalmente de arbolado de sombra, en estos dos últimos casos que cito, ni siquiera están adecuados con un pavimento que las diferencie del resto del viario del tráfico rodado, y todas ellas invadidas por el tráfico de vehículos durante 24 horas los 365 días del año. No son Plazas de esparcimiento, ni de un disfrute de arbolado que cobije, un parterre que contenga alguna flor o en algunas de ellas no tienen ni siguiera mobiliario urbano que dé descanso al sevillano o al turista que tanto dinero nos deja en nuestras carteras. En fin, no se quien tiene que reflexionar sobre esto, pero lo que sí puedo afirmar, es que las ciudades están hechas para que se habiten y para eso tienen que estar dotadas de todo aquello que facilite y haga más cómoda la vida a todo aquel que la visita, porque no todo el descanso puede ser a base de cartera en el velador de un bar.

Universidad de Sevilla
Gínes Lopez de Aguilar
Julio Martines Trujillo

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