Como tal se llegó a conocer, el tesoro nazarí, así es como se denominaba al Desaparecido Palacio de Sanchez Dalp, que poco a poco hemos ido conociendo y descubriendo en este blog.
Valga como embajador de su hermoso apodo las siguientes imágenes...
Como vemos en la fotografía, las columnas y arcos de herradura eran la arquitectura dominante en el interior del palacio, tomando en yeserías y alicatados ese encanto que recordamos y encontramos en otros entornos como la Alhambra o los Reales Alcázares de Sevilla...
Las grandes cristaleras transmitían un juego de luces al interior que junto con el color de alicatados y techos formaban una atmósfera irrepetible.
Como irrepetible era el despacho principal del Palacio...
El trabajo realizado en las yeserías, los suelos y paredes, junto con el exquisito trabajo de marquetería empleado en el mobiliario lograban de esta estancia una de las mejores embajadoras del Palacio en lo que a belleza del conjunto se refería. Nada que tuviese que envidiar de la riqueza de sus patios...
Como sacado de los Reales Alcázares, este patio, uno de ellos, reflejaba la armonía y el gusto de los materiales utilizados en su ejecución, dando como resultado un conjunto perfecto ...
En el que la vegetación acompañaba al total del conjunto del edificio. Una verdadera lástima y un daño irreparable el que se produjo con su derribo, siendo incomprensible a día de hoy que como tal se llevara a cabo con total impunidad. Para él aquel que quiera conocer algo más de este Palacio, puede visitar el Real Alcázar de Sevilla, allí podrán ver el Via-Crucis cerámico que estaba colocado en los pasillos de los patios del Palacio de Sanchez Dalp, y que ahora tienen tirados por las esquinas del Alcázar dejándolos en total abandono y sin que nadie impida su paulatino deterioro...
Raimundo López Mencía
4 comentarios:
¡Que Preciosidad exuberante!
Una Maravilla de estancias y paraje.
Un abrazo.
Quizás sea este el mayor sacrilegio cometido por la piqueta en Sevilla.
Saludos
Yo era un comino, pero em acuerdo perfectamente de esa maravillosa joya que tenía Sevilla, gracias a una destacada familia sevillana. Esto pasó porque quienes estaban obligads a proteger y defender de la especulación , la rapiña y la carencia total de sensibilidad, con ética: NO HICIERON EL USO PARA LO QUE ESTABAN LLAMADOS A VELAR POR ELLO. Fueron unos impresentables y desastrosos municípes.
¡Qué a gusto me he quedado, !
Y si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero.
¿Y el Palacio?
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