martes, 27 de noviembre de 2018

Iglesia de Santa Catalina, la otra restauración

Los sevillanos, católicos y ateos amantes del arte, estamos de celebración estos días pues la ciudad ha recuperado después de 14 años de olvido uno de sus monumentos más relevantes, la Iglesia de Santa Catalina, pero ¿conocen la anterior restauración-transformación-destrucción que sufrió el templo?, no sé preocupen, viajemos en el tiempo para recordarla, y para ello empecemos por el Amor...


Retrocedemos hasta 1922, La Hermandad del Amor venía de la Iglesia de San Pedro donde estuvo varios años acogida para luego trasladarse a Santa Catalina, donde no pasó mucho tiempo pero si nos dejó un interesante documento grafico como el que arriba vemos, y que nos muestra un detalle interesantísimo del altar mayor de la iglesia, detalle en el que apreciamos la anterior composición de dicho retablo...


Exacto, se observa como dicho retablo antaño contaba con tres cuerpos de altura y dos capillas centrales. Veamos esta otra imagen donde lo visualizaremos en todo su esplendor...


Impresionante , ¿no creen?. Es una imagen para muchos desconocida y que lleva a la reflexión, pero observen la siguiente comparativa con el aspecto actual...


Que dolor, para el que no se haya dado cuenta, faltan muchísimos elementos en la actualidad que podemos apreciar en la fotografía de 1920, por ejemplo el florón que cerraba la bóveda gótica en su parte central o el riquísimo alicatado que rodeaba todo el perímetro de la iglesia desde el altar mayor. ¿Pero cuando se hizo esta "piquetada"?. Pues bien, a finales de 1922 la Hermandad del Amor tiene que salir del tempo pues se va a realizar una profunda transformación tanto del mismo como de su entorno, ¿El encargado de llevarlo acabo?, Juan Talavera Heredia...


Vaya por delante que soy un amante del regionalismo sevillano, pero también reconozco que el mismo se llevó por delante a gran parte de la arquitectura del siglo 17 y 18 que existía en la ciudad, casas, patios, palacios...en fin.
Pues bien, urbanísticamente, se derriban todas las casas que se adosaban a Santa Catalina, y las que abrieron la Plaza Ponce de León a la calle Alondiga. En el templo se retiraron los alicatados de las paredes, la parte superior del altar mayor para poder retranquear el mismo hacia atrás y darle con ello más espacio al atrio. ¿Que hicieron con lo que sobró del altar mayor?, pues apañaron un altar para la Virgen de Santa Lucía...


También se retiraron las yeserías superiores que adornaban el atrio y los laterales de las naves, y por último se desmontó la portada mudejar que pertenecía a la Parroquia de Santa Lucía para volver a montarla en Santa Catalina...


De ahí que Santa Catalina nos haya dado siempre esa sensación de templo incompleto, más propio de iglesias como las de San Marcos o Omnium Sanctorum que si fuero pasto de las llamas y llevadas a su ruina total.
Terminamos explicando que estás obras concluyeron en 1933, 8 años después, y que su resultado es testigo de lo que hoy tenemos, acertado o desacertado, pero siempre será Santa Catalina.

Julio Romero Coral
Literatura sevillana
Francisco José Román Martínez

domingo, 18 de noviembre de 2018

La antigua Plaza de Argüelles

He titulado este articulo como antigua Plaza de Argüelles, aunque perfectamente la podría haber titulado "la desaparecida Plaza de Argüelles", pues de cuando poseía ese nombre, tiempos aquellos de la Primera República, ya hoy en día no queda nada o casi nada en pie. Observen la siguiente fotografía, que nos vamos a meter de lleno en en dicha plaza...


¡Impresionante!, yo es que cada vez que veo una imagen del primitivo Cristo de la Salud de los Gitanos, de Montes de Oca, se me caen dos lagrimones como búcaros de grande, yo soy de ese grupo de extraños que piensan que a esta Hermandad le hizo daño primeramente la guerra con la quema de sus imágenes, y segundo la propia Hermandad al marcharse de San Román, de donde nunca se tuvo que ir,  para tener un templo propio. Estamos a comienzos del siglo 20, el Señor de la Salud hace su entrada en la antigua Plaza de Argüelles...


¿Y dónde diantres estaba esta Plaza?, pues esta Plaza fue posteriormente Plaza Virgen del Pilar, después Plaza de San Pedro y hoy en día Plaza del Cristo de Burgos...


Os he puesto esta otra imagen porque vamos a descifrar la localización exacta del paso del Cristo de la Salud en el momento que fue retratado, pues es esta otra imagen las casas que están tras el Cristo, también están en pie y aún no han sido derribadas. Valga como primera pista para localizar las casas, los comercios que aparecen en la primera fotografía...


Tenemos la cervecería y la barbería. La primera no se aprecia bien en la segunda fotografía, pero la barbería es ya famosa por otras instantáneas que existen de la Plaza y es fácilmente reconocible, además de los balcones, los herrajes, etc...


La primera de las casas en caer fue la que alojaba la cervecería, la segunda fue la de la barbería, ambas en el dichoso ensanche de la Calle Imagen, que se llevó por delante media historia de esta bendita ciudad... ...


Después de este breve análisis es muy fácil encajar la primera fotografía dentro de la segunda donde vemos la Plaza con una perspectiva mucho más amplia, así que hagamos una pequeña reconstrucción para imaginarnos cómo sería ver pasar ese hermoso paso por aquella maravillosa Plaza...


Hoy en dia la cosa cambia bastante, y tenemos una calle mucho más ancha ante la Iglesia de San Pedro, aliñada a su vez con una gran lengua de alquitrán que borra por completo el asfalto de adoquines que es la verdadera piel de Sevilla. Al menos salva la panorámica los grandes plataneros y el gran ficus que nos tapa tanto mamotreto y nos da algo de sombra...esperemos que no los corten para dejar los alcorques vacíos como están haciendo estos días en la Plaza de San Lorenzo...


Y ya que estamos en faena, vamos a completar este interesante articulo con otra fotografía que complementará perfectamente todo lo que hemos visto hasta ahora, ¿que les parece una imagen desde el lado contrario, donde veamos el mismo paso pero con el lado opuesto de la Plaza de fondo?, pues ahí lo tienen...


Madre mia, mas de un@ va a tener que irse al "Tremendo" a tomarse una cervecita despues de leer este articulo para así quitarse el mal trago por el que estamos pasando viendo todo lo que ha desaparecido de nuestra ciudad. ¿Por qué les digo esto?, pues porque ahí tienen al Señor de la Salud, por la Plaza y con el desaparecido edificio de Juan Talavera y Heredia, ese mismo del que hablamos hace unas semanas en el pasado de Sevilla, y que fue derribado para levantar en su lugar el mamotreto del Colegio de Arquitectos de Sevilla...


Imagino que ahora entenderán mucho mejor el porque podrpo haber tituluado este articulo como "Desaparecida Plaza" y o como "Antigua Plaza", y es que no han dejado en pie nada que sea digno de ser apreciado o conservado, eso sí, levantar mamotretos a posteriori, todos los del mundo. Lo dicho, una cervecita en el "Tremendo", que así las penas pasan mejor y nos vemos en el siguiente articulo, un abrazo amig@s.

Universidad de Sevilla
Fototeca Municipal de Sevilla
Antonio Prada Manrique

sábado, 10 de noviembre de 2018

La desaparecida Plaza del Salvador

Hoy en dia, cuando hablamos de la Plaza del Salvador, lo primero que se nos viene a la mente es "cerveza", pues para velador al aire libre ha quedado esta desolada plaza, estando tomada por tres o cuatro bares por todos sus flancos, y siendo desprovista de cualquier mobiliario público para que no te quede más "cohones", de tener que sentarte en la escalinata de la Colegiata del Salvador, que cada día están más deteriorados, o de apoquinar una mesa en los bares que tenemos en ella.
Pero no siempre fué así, pues antaño la Plaza era un lugar de esparcimiento, descanso y relajación, donde la simple vista de la fachada de la Colegia del Salvador, era suficiente para sumergirte en un profundo trance de arte, solera e historia...


Increíble, ¿verdad?. Árboles, parterres, bancos, esto parece un oasis en pleno centro histórico de sevilla, sacado de una postal de cualquier otra ciudad de la vieja Europa...


Pero todo esto debería cambiar o evolucionar durante décadas hasta llegar donde estamos hoy, un secarral de adoquines...


¿Cuál fue el primer factor que nos llevó a la deforestación y desmantelación del oasis?, si, efectivamente, la llegada del automóvil...


Como buen ser humano involucionado, cuando tenemos un automóvil, queremos llegar con él hasta la mismísima puerta de nuestro destino, y si es posible, aparcarlo en ella, siendo necesario para lograr ese espacio de aparcamientos la desaparición  de todos los parterres y parte del arbolado que tenía la plaza...


El pobre arbolado que sobrevivió, tan sólo duró unas pocas de décadas más, justo hasta la llegada de nuestro admirado 600, que nació en 1957...


Aquel automóvil que toda familia media empezó a poderse permitir y que tomaron toda Sevilla como si no hubiera un mañana...


Los 600 no solo se llevaron por delante el arbolado, también se encargaron del exilio de la estatua de Martínez Montañés, qué 1967 fue desmontada y trasladada a la esquina del "Magnolio de la Catedral", donde lucía no de muy mala manera para cómo podía haber acabado...


Bajo la sombra del magnolio estuvo hasta los años 80, un total de 18 años vigilando el tráfico rodado que por aquel entonces tomaba la Avenida de la Constitución, y que desde luego lo cubrió de polución hasta la mismísima ceja...


En 1985 sale adelante el proyecto para devolverlo a su ubicación original, la Plaza del Salvador, pero como las cosas de palacio van despacio se empezó la casa por el tejado, la estatua fue desmontada sin estar terminada la reurbanización de la plaza, por lo que no hubo más remedio que tirarla tras las rejas de la Colegiata bajo el bombardeo palominero que regaba toda aquella zona...


No es de extrañar el maltrato que Sevilla le dió a esta estatua, viendo en las condiciones en las que quedó el vaciado de escayola que sirvió para su fundición, el cual se arrincono en la trasera del patio de los almacenes de Patrimonio de la Universidad de Sevilla, expuesto a su descomposición y destrucción total...


En estos días está en portada el debate suscitado por la reducción de veladores en la calles de Sevilla. Yo personalmente soy de los que opino que un descanso en un banco a la sombra de un buen árbol y con el frescor y aroma de un parterre regado de flores, no tiene rival ni enemigo que se le resista, y que para que un comercio, un bar, sea rentable, no se consigue a base de más mesas y mas veladores, y si dejándole más beneficios a tendero reduciendo los increíbles impuestos a los que está sometido.
Hoy en dia Sevilla es una ciudad incómoda y hostil, para el sevillano, para el turista que nos visita y nos llena la cartera, y reurbanizaciones como la de la Plaza de la Encarnación o lugares como la Plaza de Salvador, no invitan en ningún momento a ser un lugar de esparcimiento o de relajación y si de ser sitios de paso, por lo que restan en comodidad, y en tiempo de visita. ¿Quien va a cambiar esto?, pues sinceramente no lo se, por que los políticos, los poderes fácticos que manejan a la prensa de esta ciudad, no son partidarios de que nada cambie, por lo que simplemente sobrevivimos a estas décadas que nos han tocado y esperemos una mejores para nuestros hijos y nietos.


Universidad de Sevilla
ABC
Ana Maria Lopez Noriega
Juan Jose Ayala Rodriguez

jueves, 25 de octubre de 2018

La Alameda de Triana

Hace unos años hicimos un interesante articulo que tuvo muy buena acogida por tratar un detalle para muchos desconocidos del Puente de Triana, se titulaba "aquellos bancos de Triana". Hoy vamos a dar continuidad a ese articulo con este que he titulado "la Alameda de Triana", pues es eso mismo lo que parecía el puente...


Aquellos bancos hoy tristemente desaparecidos, invitaban a sentarse dando pie a charlas y tertulias de cómo podían arreglar el mundo si les dejaran en menos que canta un gallo. La fotografía es un documento gráfico de valor incalculable, pues en ella apreciamos perfectamente al camaronero con su cesto de mimbre esperando tal vez la llegada del Vapor de Coria para hacer algunos reales, y el tono bicolor que tenía todo el puente, barandas, bancos e incluso las arcadas circulares que sostenían la pasarela...


La humildad de la vestimenta de todos los que aparecen en la imagen es natural pues recordemos que en Triana se concentraban todos los corrales de vecinos que albergaban la mayor masa de sevillanos de etnia gitana, siendo por desgracia en mayor medida los más desfavorecidos económicamente de la sociedad sevillana de aquella época.
Los bancos de forja fueron sustituidos con el paso del tiempo, por unos de tabla mucho más sencillos hasta que posteriormente desaparecieron por completo del conjunto arquitectónico...


También es bastante curiosa esta otra imagen que a continuación les muestro, algo posterior a la primera, pues como van a apreciar a continuación, los bancos siguen siendo los mismos pero el tablero del puente ya aparece adoquinado...


La fotografía no tiene desperdicio alguno, por un lado tenemos a un señor con sombrero de ala ancha inspeccionando como avanzan las obras, mientras junto a él, un obrero empina el botijo para saciar la sed, mientras que al fondo aparece el tranvía que lleva a sus pasajeros desde el Aljarafe hasta el mismo corazón de Sevilla...


Otros dos vecinos están observando, imagino, a los trabajadores que están abajo, en el muelle de la sal, cargando las alforjas de los mulos para llevar el producto a los silos, al fondo vemos la antigua zapata del Mercado de Triana y la salida del Callejón de la Inquisición a lo que hoy es el Paseo de la O...


Pero como ya hemos comentado en la primera fotografía, todo esto desapareció con el paso de los años, el tranvía, las catenarias, los adoquines, y los hermosos bancos...


Me pregunto, y a la vez me gustaría que hicieran esta reflexión conmigo, ¿si seria muy descabellado el recuperar esos hermosos bancos de acero fundido para colocarlos de nuevo en el Puente de Triana?.  Pienso que además de recuperar la originalidad del todo el conjunto arquitectónico, también ofrece al sevillano y al turista, un lugar de descanso privilegiado, con un encanto fuera de lo común.

Fototeca Municipal de Sevilla
ABC
Tomas Garrido Lorente