Aquellos bancos hoy tristemente desaparecidos, invitaban a sentarse dando pie a charlas y tertulias de cómo podían arreglar el mundo si les dejaran en menos que canta un gallo. La fotografía es un documento gráfico de valor incalculable, pues en ella apreciamos perfectamente al camaronero con su cesto de mimbre esperando tal vez la llegada del Vapor de Coria para hacer algunos reales, y el tono bicolor que tenía todo el puente, barandas, bancos e incluso las arcadas circulares que sostenían la pasarela...
La humildad de la vestimenta de todos los que aparecen en la imagen es natural pues recordemos que en Triana se concentraban todos los corrales de vecinos que albergaban la mayor masa de sevillanos de etnia gitana, siendo por desgracia en mayor medida los más desfavorecidos económicamente de la sociedad sevillana de aquella época.
Los bancos de forja fueron sustituidos con el paso del tiempo, por unos de tabla mucho más sencillos hasta que posteriormente desaparecieron por completo del conjunto arquitectónico...
También es bastante curiosa esta otra imagen que a continuación les muestro, algo posterior a la primera, pues como van a apreciar a continuación, los bancos siguen siendo los mismos pero el tablero del puente ya aparece adoquinado...
La fotografía no tiene desperdicio alguno, por un lado tenemos a un señor con sombrero de ala ancha inspeccionando como avanzan las obras, mientras junto a él, un obrero empina el botijo para saciar la sed, mientras que al fondo aparece el tranvía que lleva a sus pasajeros desde el Aljarafe hasta el mismo corazón de Sevilla...
Otros dos vecinos están observando, imagino, a los trabajadores que están abajo, en el muelle de la sal, cargando las alforjas de los mulos para llevar el producto a los silos, al fondo vemos la antigua zapata del Mercado de Triana y la salida del Callejón de la Inquisición a lo que hoy es el Paseo de la O...
Pero como ya hemos comentado en la primera fotografía, todo esto desapareció con el paso de los años, el tranvía, las catenarias, los adoquines, y los hermosos bancos...
Me pregunto, y a la vez me gustaría que hicieran esta reflexión conmigo, ¿si seria muy descabellado el recuperar esos hermosos bancos de acero fundido para colocarlos de nuevo en el Puente de Triana?. Pienso que además de recuperar la originalidad del todo el conjunto arquitectónico, también ofrece al sevillano y al turista, un lugar de descanso privilegiado, con un encanto fuera de lo común.
Fototeca Municipal de Sevilla
ABC
Tomas Garrido Lorente
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