sábado, 20 de enero de 2018

El último de Filipinas

Nuestr@s abuel@s son un pilar fundamental en la familia, de ellos debemos seguir aprendiendo en esa escuela interminable de la vida, pues los recuerdos que los más jóvenes descubrimos en fotografías aún siguen frescos en su memoria, y valga como ejemplo este que les muestro...


Estamos de paseo en una fresca mañana por la Avenida de Constitución, adoquines, vías, catenarias "flamencas" nos dibujan una Sevilla romántica y de ensueño...


El edificio La Aurora nos mira altiva, hacia nosotros se acerca el tranvía 132 en busca de su última parada en la Plaza Nueva, y junto al edificio de Correos ahí lo vemos, como si el tiempo no lo hubiera borrado de nuestra memoria, "el último de Filipinas"...


Si amig@s, "el último de Filipinas" es como me he permitido bautizar cariñosamente al último edificio derribado tras el ensanche de Santo Tomas. Observen esta otra fotografía,  podrán verlo mejor desde esta nueva perspectiva donde vemos el resto de edificios antes de ser derribados para tal ensanche y el callejón, para muchos desconocidos,  que daba entrada al desaparecido Colegio de San Miguel...


Si comparan esta ultima imagen, y la fotografía principal donde vemos al edificio justo antes de ser derribado, comprobamos que su estado era exactamente el mismo, no presentaba ningún desperfecto y para nada presentaba peligro de derrumbe...


Si todo lo visto lo comparamos como el estado actual de la Avenida, podemos hacernos una idea exacta de la magnitud de este ensanche, de todo lo construido posteriormente y de que no se guardo criterio alguno la ultima construcción realizada tras el derribo de este ultimo inmueble, por lo que se destrozó por completo la estética de todo el entorno...


Contemplando las dos fotografías no hace falta añadir adjetivos a la belleza de aquel edificio, sus balcones cerrados con cristaleras o como de maneras tan sevillanas tiene coronada la balconera de su azotea con grandes macetas cuajadas de flores.
Lo que vino después ya es de sobra conocido, esa extraña fijación por los urbanistas de lo lineal, y algo de especulación hicieron caer sobre el la fría piqueta, borrandolo por siempre del paisaje urbanístico sevillano, que no de la memoria incorruptible de nuestros abuel@s...


Termino este articulo dándoles, si me lo permiten, a los más jóvenes un sano consejo, y es el de compartir con sus abuel@s este tipo de fotografías, que os cuenten cómo era la atmósfera de aquella Sevilla de tranvías y catenarias, adoquines y balcones de forja, os aseguro que serán los mejores momentos de vuestra vida aprendiendo junto a ellos como era el pasado de Sevilla.

ABC
Julio Romero Cid
Antonio García Cruz

sábado, 30 de diciembre de 2017

La oración echa cante

Hay aspectos e imágenes de nuestra cultura y de nuestras tradiciones que se han ido perdiendo, y que ya estan borradas de la memoria, tanto es así, que cuando las vemos en otros sitios solo las relacionamos con un folclore, que para nada tiene que ver con la ciudad de Sevilla, y como muestra este botón...


Un cura a hombros cantandole a la virgen, ¿os suena?. Como estamos comentando, hoy en dia es algo totalmente fuera de lugar en nuestro ideario de una Semana Santa sevillana, y que tan solo relacionamos con otras festividades populares, como las romerías...


Pues bien, ya recuperada en nuestra memoria esa costumbre, pasemos a analizar la fotografia, que ademas de interesante, es cuanto menos llamativa. La localización es bastante fácil, pues si miramos en la parte superior derecha de la imagen, vemos que la cofradía está saliendo de la Calle Escoberos y revirando en la Calle Parras...


Como siempre me pasa con la fotográficas de principios del siglo XX, me llama poderosamente la atención la elegancia con la que vestía la gente, tocados con boinas o sombrero cordobés. Centrándonos en la parte central de la imagen, tenemos a la Virgen de la Macarena con el primer palio que Rodríguez Ojeda le bordase, y frente a ella, un sacerdote levantado en hombros, con sobrera en mano para ir gesticulando su cante...


¿Cante?. pues sí, o al menos eso nos indica la imagen, pues a la espalda del sacerdote, vislumbramos en la negra sotana el mástil de un la guitarra que seguramente le acompañaría a compás de alguna coplilla...


Del ayer y del hoy de ese entorno poco podemos añadir, pues como todos sabemos, la piqueta es una fiel compañera del barrio de la Macarena, y como comprobamos en pleno siglo XXI, todavía no esta dispuesta a marcharse de allí...


Me causa gran dolor ver como lugares singulares como la Calle San Luis, o la mismísima Resolana, están siendo mutilados cruelmente, derribando sin vergüenza alguna el poco caserío que nos queda del siglo pasado.
Seguiremos viajando en el tiempo, os espero como siempre en la próxima publicación, no me falleis amig@s.

Ambrul S.L
Jose Antonio Lara Preciado