Hoy no vamos a tratar un tema que vaya a destacar por curioso o por desconocido, es mas bien una opinión a titulo personal y que siempre he tenido pendiente en el trastero.
El tema no es otro que el del recién palio restaurado de la Virgen de la Victoria, de las Cigarreras. Aquellos que sean bastantes puntillosos con el detalle o que siempre buscan encontrar algo mas de lo que se ve a simple vista como pueda ser yo mismo, habrán tenido siempre la eterna pregunta, como yo la he tenido, de que por que las Cigarreras no recuperaban la imagen y diseño original del palio, una obra maestra de nuestra semana mayor...
Esa era la esperanza que yo al menos albergaba en esta ultima restauración, y es que si nos fijamos con detenimiento en las bambalinas laterales, vemos que los varales tapan y chocan contra el bordado, y que hay partes lisas donde por diseño no las tendría que haber, por no hablar de la separación de las esquinas...
La explicación es muy sencilla, y es por que las bambalinas están diseñadas para ir por fuera de los varales, como el palio de Monserrat...
Por eso no entiendo el por que de esta restauración a medias, cuando de todos es sabido que el palio de las Cigarreras fue puesto por dentro de los varales "por moda", y de que, de la forma actual el daño que se produce al bordado con el choque contra el varal y la distorsión del dibujo a la vista es tremenda. Observen el palio tal y como fue concebido...
Lo vemos a la salida de la antigua fabrica de tabacos. Ademas vemos detalles como que los flecos del mismo forman un dibujo circular y de la falta de los "corbatines", también suprimidos ya en ese tiempo y que también hubieran sido recuperables...
Una pena el haber desaprovechado esta oportuna restauración para recuperar una impresionante imagen del pasado.
Jesús Morales Duran
por tu aire, por tu agua te llamaron Noble, Leal, Heroica, Invicta y Mariana a ti por siempre, Sevilla
domingo, 25 de marzo de 2012
lunes, 19 de marzo de 2012
El desaparecido Convento de San Pedro de Alcántara
Sin abandonar la Calle Amor de Dios conoceremos también el pasado de otro de los edificios que tristemente fueron derribado a golpe de piqueta política, por que en Sevilla se pueden diferenciar fácilmente dos piquetas demoledoras del arte y que a su vez son derivadas de la política, una la de la República de finales del siglo 19 principios del 20 y otra la de la Dictadura, que dejo su huella mas profunda entre los 50, los 60 y finales de los 70.
Sin perder ni un segundo mas en donde no lo merece, sigamos con el pasado de este Convento, que como ya hemos citado se ubicaba en la Calle Amor de Dios, casualmente frente por frente al citado recientemente en este blog, Hospital de San Juan de Dios, es decir, en el solar que hoy ocupa el Instituto San Isidoro...
Ya en 1800 el Convento no operaba como tal, y su claustro y patios fueron habilitados para alojar en el la Escuela Industrial Sevillana, hasta que en 1859 se destinó única y exclusivamente al Instituto...
En 1961 el edificio es demolido por completo, incluso una parte del inmueble importancia artística notable como era la que pertenecía al Palacio de los Zúñiga, el cual estaba adosado al centro y que también pertenecía al Instituto.
Lo único que se conversa hoy en día de este enorme convento es una pequeña y recién remozada capilla que da a la Calle Cervantes, una reliquia del barroco y que los franciscanos defendieron como pudieron de la desamortización.
Ana García Pérez
Sin perder ni un segundo mas en donde no lo merece, sigamos con el pasado de este Convento, que como ya hemos citado se ubicaba en la Calle Amor de Dios, casualmente frente por frente al citado recientemente en este blog, Hospital de San Juan de Dios, es decir, en el solar que hoy ocupa el Instituto San Isidoro...
Ya en 1800 el Convento no operaba como tal, y su claustro y patios fueron habilitados para alojar en el la Escuela Industrial Sevillana, hasta que en 1859 se destinó única y exclusivamente al Instituto...
En 1961 el edificio es demolido por completo, incluso una parte del inmueble importancia artística notable como era la que pertenecía al Palacio de los Zúñiga, el cual estaba adosado al centro y que también pertenecía al Instituto.
Lo único que se conversa hoy en día de este enorme convento es una pequeña y recién remozada capilla que da a la Calle Cervantes, una reliquia del barroco y que los franciscanos defendieron como pudieron de la desamortización.
Ana García Pérez
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