El que mas o el que menos, "mas católico o menos católico", que ha paseado alguna que otra vez por la Plaza de la Encarnación, se ha sentido tentado de entrar en la Iglesia de la Anunciación. Una de las iglesias con mas historia de la ciudad de Sevilla, y sin duda de las mas cofrades que existen.
Para mi personalmente guarda un encanto muy especial, ya que a pesar de sus grandes dimensiones y de sus paredes semidesnudas, entierra en si, un intimismo y recogimiento que invita a la relajación y a la reflexión.
Al adentrarte siempre te llama la atención varios detalles que no acaban de explicarse en la vida contemporánea del templo, como por ejemplo esos frescos a medio terminar, o esas hornacinas desnudas a los laterales del templo...
Esas dos hornacinas o esos dos huecos son los que hoy van a ocupar nuestro viaje al pasado de sevilla. Hoy en dia esos huecos son ocupados por las imágenes secundarias de los pasos de la Hermandad del Valle, pero si investigamos un poco y nos adentramos en la historia de esta iglesia encontramos la pista que buscábamos...
La pista la encontramos en esta fotografía del Templo tomada el siglo pasado. Para situarnos, imaginemos que tenemos el altar mayor a nuestra espalda, y lo que vemos de fondo es la entrada principal al templo, ¡y ahí lo tenemos!...
Lo que ocupaba esos huecos o esas hornacinas eran las hermosisimas tumbas de los Señores de Tarifa, Don Pedro Enriquez de Quiñones en el lado izquierdo del Tempo y su mujer en el lado derecho.
La ubicación original de dichas tumbas era la del Monasterio de la Cartuja de Santa Maria de las Cuevas, en nuestra ciudad, pero cuando los Cartujos abandonaron el Monasterio, las tumbas fueron trasladadas a la Iglesia de la Anunciación.
En los años 80, el Monasterio de la Cartuja sufrió una profunda restauración, y las tumbas fueron de nuevo trasladadas desde la Iglesia de la Anunciación a la Cartuja, recobrando con ello el Monasterio su aspecto original y dejándonos en la Anunciación dos tristes hornacinas sin ni siquiera una placa que nos explique el porque de su existencia.
Llama la atención de la primera foto en blanco y negro que hemos visto, el detalle en el que vemos las imágenes de la Hermandad de los Estudiantes en su emplazamiento originario...
Ocupado hoy en día por los titulares de la Hermandad del Valle, ya que como todos sabemos, los Estudiantes se marcho al Rectorado o antigua Fabrica de Tabacos, y el Valle venia del Santo Ángel, "huyendo" como quien dice de una mas que mala relación con los carmelitas.
Miguel Fuente Rey
Ana Tovar Lopez
por tu aire, por tu agua te llamaron Noble, Leal, Heroica, Invicta y Mariana a ti por siempre, Sevilla
martes, 3 de enero de 2012
domingo, 11 de diciembre de 2011
Recuerdos de la Encarnación...
Los sevillanos denominados "antiguos" entre los que yo me incluyo, echamos mucho de menos recuerdos como el del jueves de la calle Feria o ese entrañable domingo en la Alfalfa viendo y comprando animales, pero también añoramos espacios y lugares como el de la Plaza de la Encarnación, hoy en día una extraña mutación Monteseirina que desemboca entre "Plaza Mayor y Plaza semi-peatonal-semi-ná de ná" que dicho sea de paso nos ha costado a todos un dineral y que no acabamos de encontrarle la funcionalidad como tal.
De esa plaza hemos desterrado una arboleda antaño frondosa, UNOS BANCOS,
y lo digo con mayúsculas por que eso si invitaban al descanso, con unos toques regionalistas que eran bastante hermosos, y ya antes fuimos derribando edificios a su alrededor que daban el fondo perfecto...
Este en concreto, derribado a principio de los 70, nos daba entrada a la arteria comercial de Puente Pellón.
Nos llama la atención su hermosa fachada, pero vemos detalles en su parte inferior-comercial, que son dignos de resaltar y recordar, como el de las columnas que servían de ornamentación a los escaparates del comercio.
Así que sintiéndolo mucho, adiós a la "Boutic Vazquez" y hola a "el mamotreto de los Churros con Chocolate"...
Lola Martínez Segura
De esa plaza hemos desterrado una arboleda antaño frondosa, UNOS BANCOS,
y lo digo con mayúsculas por que eso si invitaban al descanso, con unos toques regionalistas que eran bastante hermosos, y ya antes fuimos derribando edificios a su alrededor que daban el fondo perfecto...
Este en concreto, derribado a principio de los 70, nos daba entrada a la arteria comercial de Puente Pellón.
Nos llama la atención su hermosa fachada, pero vemos detalles en su parte inferior-comercial, que son dignos de resaltar y recordar, como el de las columnas que servían de ornamentación a los escaparates del comercio.
Así que sintiéndolo mucho, adiós a la "Boutic Vazquez" y hola a "el mamotreto de los Churros con Chocolate"...
Lola Martínez Segura
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