La fotografía está tomada en la Calle Tetuán, a fondo pueden ver el cruce de la Calle Rioja, y debemos apuntar como detalle curioso el adoquinado del suelo y como se aprecia que aún estaba abierta al tráfico rodado y al tranvía...
A ver, no se si dan la impresión de ser repartidores de queso, y no les culpo en ningún momento de no saber lo que son porque nadie se ha encargado en nuestros colegios de explicarlo, ni en nuestros libros de historia de ilustrarlo...
Yo humildemente desde esta pagina que la quiero como si de un hijo se tratara, os explicaré qué son exactamente. Estos señores recorrieron durante más de 350 años las calles de Sevilla recogiendo enfermos y vagabundos para llevarlos a que recibiesen asistencia al hospicio de la Santa Caridad, son por tanto camilleros del Hospital de la Santa caridad, que fundara 1578 Miguel de Mañara...
Este filántropo, que para mi ya debía haber sido nombrado santo hace muchos años, dedicó toda su fortuna y vida en la construcción y manutención de un hospital que acogiera a los enfermos y desvalidos, además de a los presos condenados a muerte para darles posteriormente santa sepultura...
En un principio el proyecto nació como hospicio de vagabundos, los años, décadas y siglos fueron pasando, y ampliaron sobre tres naves de las antiguas atarazanas unas nuevas instalaciones donde habilitaron un hospital con quirófanos para cirugías menores y salas de recuperación.
Observen con mayor detenimiento la dureza la fotografía porque no tiene desperdicio alguno y puede que remueva alguna conciencia dormida...
Una vez terminada la Guerra Civil, la imagen de estos camilleros desaparecieron de nuestras calles, y no se muy bien porque, también se borró de nuestra historia y del ecosistema sevillano que durante más de 350 años sobrevivió en gran parte gracias a la labor de estos señores.
Me parece perfecto que los colegios e institutos se enseñe quienes eran los aztecas, los vikingos, Kennedy y Platón, pero creo que habría que dedicar aunque fuera solo un capítulo a la historia de la ciudad en la que vivimos, porque si no sabemos de dónde venimos y que es Sevilla, jamás la cuidaremos y apreciaremos como se merece.
Y no podemos cerrar el artículo de hoy sin recordar con todo cariño a nuestro capataz Miguel Loreto Bejarano, fallecido hace pocas semanas en el Hospital de la Santa Caridad, donde paso sus últimos meses de vida...
"Ampliamos"
Rafael Fernández Marquéz:
"Aún es posible ver a estos camilleros aunque en su otro cometido de portar los cadáveres en los entierros. Esta indumentaria se usa en los sepelios de los hermanos de la Santa Caridad, abren el cortejo portando cruz y faroles. Llevan el babilón recogido con un cinto de cuero y el sombrero que, al menos las dos veces que los he visto, no se quitan al entrar en la capilla; no sé si por privilegio o, simplemente, por incapacidad mecánica al ir ocupadas las manos.
Te recomiendo, si no lo has hecho, asistir a uno de estos sepelios el rito es precioso de ver."
Inma Linared:
''No solo salían ellos ya que los hermanos de la Caridad iban con ellos rezando. Llevaban en la mano una limosnera. sus trajes eran azules y sombrero azul y cordón rojo y llevaban unas correas negras. No solo pedían para el entierro de los ancianos sino para los hermanos también. Eran sus normas. También he visto los coches fúnebres de caballos todo negro y caballos con penachos negros"
Virginia Torres Linares:
"Y además cuando iban pidiendo por el barrio, iban diciendo una limosna por el amor de Dios para enterrar a este pobre de la Santa Caridad...lo se porque también yo también en el Arenal, frente a ella."
ABC
Jose Antonio Lopera Morene
@rafavalero1965
7 comentarios:
Si no estoy equivocado, son los mismos que acompañan a los difuntos, con cirios. En los entierros que se celebran en la Caridad, como representación de aquellos.
Efectivamente Jesús.
Un saludo
Muy interesante y buen trabajo de investigación. Gracias y un abrazo.
Gracias por el comentario. Un saludo.
Me encanta saber cosas de mi ciudad. Gracias
Me ha encantado leerlo. Gracias
Yo vivía en el Arenal, yo tenía unos 7 años y los recuerdo pasar de noche con las parihuelas, las velas y precedidos de un señor que tocaba una gran campana con mucha solemnidad
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