viernes, 30 de noviembre de 2012

El desaparecido Parador de la Encarnación

Algunos se puede haber quedado a cuadros a leer el titulo de esta entrada por que siempre que pensamos en parador se nos vienen a la cabeza el Parador de Carmona, el de Oromana, pero ¿el de la Encarnación?, pues si amigos, Sevilla, ciudad perfecta por definición y echo, fue tan completa que hasta un Parador llegó a tener en pleno corazón de la ciudad...


Bueno, pues aunque no lo crean, ya tienen el parador ante sus ojos lo que pasa que intentaremos afinar algo mas para que conozcan donde estaba exactamente ubicado...


Ahí lo tienen, se encontraba a la espalda del Mercado de la Encarnación, paralelo a la Calle Alcázares...


¡Que estampa!, esta imagen nos retrata la vida misma en aquella época de una Sevilla romántica y desaparecida, con los guardias de asalto a caballo, esas vías del tranvía o los carros de leche y verduras esperando a la trasera del Mercado, y como no, el Parador...


Desgraciadamente, todo el entorno parece estar bajo un mal de ojo, pues tanto este solar como el perteneciente al vecino mercado corrieron un sin fin de desdichas y avatares, sufriendo ambos un desmerecido final.
Porque pensemos un segundo, ¿una vez derribado y desaparecido este Parador, que es lo que se construyó en su solar?...


Acertaron, de ese solar nación el caricaturesco pro-mercado 2ªparte de la Encarnación, una vergüenza que tuvo que aguantar la ciudad hasta que otros "iluminados" decidieron plantarnos las "setas" y de nuevo dejarnos otros bonito solar, que es lo que manda la historia de este maldecido y maltratado entorno...


Y es que siempre estaremos a tiempo de arrepentirnos pero nunca de arreglarlo.

Miguel Escudero Lopez
ABC

3 comentarios:

Francisco Espada dijo...

Soy uno de los sorprendidos por esta novedad que no imaginaba.
Saludos

Anónimo dijo...

Un arrepentimiento que, desgraciadamente, nunca arreglará el entuerto...¡Que Lástima!
Muy buena Entrada, como siempre.
Un abrazo.

Pepe Baeza dijo...

En ese parador he pernoctado en los años 60. ¡Nunca creí que volvería a verlo!

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