domingo, 10 de marzo de 2013

Triana

Triana, marinera, cofrade y rociera, ese es Triana y es que pasan los siglos pero no las tradiciones de un barrio que antes fue pueblo...


¿Que estampa señoras y señores!, por San Jacinto baja la Hermandad en busca de esa arteria llamada Castilla la cual la despedirá camino de Almonte.
Como ya hemos comentado, estamos en la Calle San Jacinto, esquina con Rodrigo de Triana y vemos una calle que nos suena a cuentos y leyendas, con adoquines y vías del tranvía por no hablar de esos soportales que aun se mantienen en pie y que se van perdiendo hasta la inmensidad de San Jacinto.
Pero tristemente, si nos trasladamos hasta el presente, vemos que todo eso ha desaparecido con la llegada del alquitrán y los ensanches, todos menos una cosa, ¿saben de que les hablo?...


Efectivamente, si nos fijamos en la esquina con Rodrigo de Triana, vemos que esa es la una casa muy peculiar, tan peculiar que nos sigue sonando hoy en día...


Y es que ha sido la única, si amig@s la única, que se ha mantenido en pie hasta nuestros días. Ya lo hemos comentado varias veces, que no solo el centro de la ciudad focalizaba la admiración de la piqueta, pues Triana fué sometida cruelmente a ella durante décadas pues de esa vieja Triana nos queda tan solo un tercio de lo que era...


Siempre estamos a tiempo de echar el freno y saber conservar no para nosotros, sino para los que vendrán después, que también tienen derecho a conocer algo de lo que fue esa Triana que de seguir así tan solo contara en los libros por que de ella nada quedará.

Miguel Murube Lorente

Erase una vez

Erase una vez que se era había una pequeña villa romana donde el tiempo y los siglos hicieron de ella escombros sepultados esperando otro destino. De ella nació un convento, El de la Encarnación de que tampoco quedara ni rastro. De nuevo, sobre todo ello nació el Mercado, el de la Encarnación, donde los placeros hicieron del el es mas recoleto y bello de la ciudad...


Que tiempos aquellos, esa era otra Sevilla, otro centro donde había mas vida, una vida especial, la de aquellas personas que crecían y vivían en el mismo centro de la ciudad.
Recordemos que la imagen que vemos del mercado fue la de su segunda etapa de vida, pues el mercado ocupaba antaño toda la plaza llegando frente a la mismísima desembocadura de Puente y Pellón.
Pero claro, después llego el cierre del mercado por el mal estado del mismo, ¿arreglarlo? pues no, los dueños de El Corte Ingles habían realizado una gran inversión en la ciudad y una de las condiciones era que el solar del mercado fuera utilizado como aparcamientos para los clientes de este centro comercial, pero ni por esas. El solar fue ocupado como cocheras de Tussan y luego llegó lo que llamaríamos como Las Setas...


¿un proyecto increíble?, si, ¿el lugar indicado?, pues no, y si hablamos de lo que ha costado pues apaga y vamonos, ojo todo esto de manos de un Ayuntamiento socialista cosa que manda narices si pensamos en los principios de este socialismo hoy en día puesto tan en boca...


El caso es que siempre pierden los mismo, Sevilla y los sevillanos.

Elena Martinez Anaya