domingo, 17 de febrero de 2013

Odreros

Antes de nada, si rectificar a tiempo es una virtud yo me apodero de ella rápidamente pues de errores se aprende y por ellos, por esos errores que sin querer uno comente pido perdón.
Sevilla y su memoria gráfica es tan sumamente compleja que a veces por mas que uno quiera no puede evitar cometer un error y llegar a situar una calle donde no lo es, este es el caso y este es el momento de remediarlo...


Error vino de entres muchos desencadenantes propios, de una imagen mal registrada, pues en su reverso estaba grabada como "Alcaiceria", siendo el entorno el correcto pues estamos en la Plaza de la Alfalfa, pero
la Calle era en realidad la de Odreros.
Ademas de una fotografía mal etiquetada, otro de los detalles que me llevaron a la confusión fue la casa que aparece en el margen derecho a principio de la calle, la cual confundí con la que hoy se conoce popularmente como Calzados Mayo...


Una vez arreglado el entuerto, hagamos un repaso histórico por la memoria gráfica de esta calle tan singular, la Calle Odreros, y veremos que  en ella predominaba un denominador común a lo largo de los siglos, los soportales...


Para hacernos una idea, el edificio que aparece en el lateral izquierdo de este hermoso cuadro, donde la gitana nos esta saludando con su abanico, seria donde hoy encontramos el Horno de San Buenaventura...


 Esquina que fue cambiando poco a poco con el paso de tiempo...


Como vemos, los adoquines y chinos formaban un dibujo bellisimo en el conjunto de la calle. Los soportales siguen siendo ese detalle perenne en el entorno de la Alfalfa, recordemos que los encuadres de la imágenes siguen siendo los mismos, a nuestra espalda la iglesia de San Isidoro, estando situado el fotógrafo en la Calle Cristo de las tres caídas, y viendo al fondo la Calle Odreros
Los años iban pasando y Sevilla iba siendo la misma, aquella que enamorara a poetas y pintores...


Como vemos, el caserío de todo el entorno lo conformaban casas estrechas de dos plantas y con soportales en los bajos, donde cuelgan los cestos de esparto y los habios para el trabajo...


Empiezan los cambios, como vemos en la imagen anterior, ya ha caído uno de los viejos soportales, en concreto el que se situaba a la izquierda de la imagen, siendo sustituido por un edificio de nueva planta donde sus bajos ya son adecuados y pensados para los nuevos comercios que se van abriendo...


Que duda cabe que el encanto especial que antaño tuvo el barrio fue casi místico, los adoquines, los espartos colgados de las fachadas, las jaulas para los perdigones...


Era un barrio mas de artesanos, donde los cesteros y esparteros fundaban su gremio como el destinado para este enclave, La Alfalfa...


Sin ordenamos todo este viaje gráfico-cronológico,  vemos que todo el caserío de la Calle Odreros que es la que vemos constantemente de fondo y de la Calle Cristo de las Tres Caídas, que es en la que se sitúa el retratista o fotógrafo, ha desaparecido por completo, desapareciendo desgraciadamente todo la identidad y cultura propia de este barrio, pues con esos caseríos también se perdiendo los oficios de cesteros y esparteros propios de esta zona...

presionar sobre la imagen para aumentarla

Por lo que si confirmamos que la unica casa que pertenece a finales del XVIII y que aun se mantiene en pie en toda la Alfalfa y su entorno es la que alberga el negocio de Calzados Mayo, la cual tiene en su esquina una de esas columnas que antaño fue parte del soportal que allí había.

Julia Martinez Libro

jueves, 14 de febrero de 2013

El Convento de Recaredo

Solo los mas viejos lo recordaran cuando caminaban por la antigua Calle Recaredo, El Convento de San Agustin...


Como ven en la fotografía, la Calle Recaredo ha cambiado muchísimo urbanisticamente hablando pues todo el caserío que lo habitaba ha desaparecido en menos de 50 años. Presten atención a la casa que tenemos mas a la izquierda, con toda seguridad la mas antigua de cuantas salen en la imagen. A continuación tenemos la Iglesia de San Roque y frente a ella la capilla de los Negritos, pero al fondo tenemos un detalle cuanto menos conmovedor...


Lo que ahí ven es parte del antiguo Convento de San Agustín, donde antaño residió y tuvo culto el antiguo Cristo de San Agustín, el mismo que hoy en día esta en la Iglesia de San Roque...


Para que se hagan una idea de la antigüedad e importancia de este convento, sepan ustedes que ya aparecía reflejado en los grabados y pinturas de la ciudad en el siglo XVIII...


Llegando a ser uno de los de mayores dimensiones y riquezas patrimonial y albergando una de las bibliotecas mas completas de Europa.
Pero claro, como ya se habrán percatado, la parte del Convento que señalamos en la primera imagen ya no esta...


Y es que a principios del los años 50 del siglo pasado esa parte del fue derribada, alegando "mal estado, peligro de derrumbe, ocupado por vagabundos", en fin, que había que construir pisos en su solar que salia muy rentable, con lo que se perdió una de las partes mas importantes del Convento y derivó en la triste historia de su portada, esa misma que yace hoy en día tirada entre matojos en el centro de su desahuciado claustro...


Con solo decir que la portada esta manufacturada por el mismo señor que creo la parte superior del cuerpo de la Giralda creo que ya lo decimos todo, pero parece que ni eso vale para que sea rescatada, restaurada y repuesta...


Pues bien, como ya hemos hablado, esa portada se tiro allí a principios de los 50, cuando la parte del Convento que daba a Recaredo fue derribada para construir bonitos pisos, pero, ¿como era la imagen de esa portada cuando esta aun en pie?...


Ahí la tienen, aunque supongo que les costara distinguirla, al menos a mi me ha costado toda una tarde de ampliar, buscar, superponer, ect, pero yo les intentare ahorrar todo esto...


Esto es lo que podríamos denominar como una autentico atentado contra el patrimonio de nuestra bendita ciudad, pero ya sabemos lo que fueron los 50 en adelante para Sevilla, una piqueta constante sin remordimiento. El caso es que hace unos años hubo un interesante proyecto para recuperar el claustro y la portada, donde el Ayuntamiento y una cadena hotelera iban a poner de su empeño y conciencia para restaurar todo lo perdido, aquí tienen parte de ese proyecto...


Pero la crisis lo ha frenado en seco y parece que todo se ha perdido por el desagüe de las buenas intenciones. Sin duda alguna cuanto ha sufrido esta calle con tanta solera como era la de la Calle Recadero, primero perdiendo sus Caños y la Puerta de Carmona, después llegaron los franceses arrasando con el Convento de San Agustín, acto seguido la Guerra Civil reduciendo a cenizas la Iglesia de San Roque y así hasta que Dios quiera...


Jesus Morilla Savedra
Luisa Maria Lopez Cid