Hoy vamos a entrar a través de esta pequeña ventana llamada el pasado de Sevilla, en la intimidad de un barrio, en el pasado del Domingo de Ramos del Barrio de san Julián...
Para ello utilizaremos a la Hermandad de la Hiniesta y tres calles fundamentales en la historia de esta Hermandad, la Calle Moravia, El Pasaje Mallol y la Calle Siete Dolores de Nuestra Señora...
Empezamos por la Calle Moravia, la cual marca el pasado mas triste y oscuro en la vida del Barrio de San Julián, pues fue donde comenzó el fuego que destrozó por completo la Iglesia de San Julián en los sucesos de los años 30...
La fotografía es cuanto menos curiosa, pues vemos al palio de la Virgen de la Hiniesta por una Calle Moravia hoy en día totalmente irreconocible. Observamos que la calle era bastante mas estrecha que en la actualidad, pues hoy mas que una calle podríamos afirmar que es una plaza dada su amplitud y dimensiones, ademas tenemos otro detalle fundamental del barrio, pues en la parte superior izquierda de la fotografía vemos parte de las cubiertas de la Iglesia de San Julián y un postigo...
Sobre ese postigo asoman unas inmensas pilas de corcho, y es que San Julían era popularmente conocido como el "barrio del corcho", ya que en él se asentaban la mayoría de las empresas dedicadas a este sector...
Siguiendo el recorrido que antaño tenia esta cofradía y sin darnos cuenta, entramos en el Pasaje Mallol, calle que por su longitud podríamos afirmar que es la mas larga del barrio...
El nombre de Pasaje Mallol viene relacionado con lo que ya hemos mencionado anteriormente, San Julián era el barrio industrial de los tapones de corcho por excelencia, ya que a principios de 1850 esta industria se encontraba en su momento de mayor auge, siendo este producto de los mas demandados a nivel mundial. El señor Mallol era uno de los principales empresarios de este sector, y propietario de una de las mayores dehesas alcornocales de Andalucia...
Esta calle fue la que albergó su fabrica durante mas de 60 años, siendo una de las mas grandes de España, y de ahí que tomara el nombre de Pasaje Mallol...
Terminamos este breve pero intenso recorrido en una de las calles mas castigadas por ese dichoso urbanismo de los 60, la Calle Siete Dolores de Nuestra Señora...
Esta Calle nace en una bifurcación que se produce al final del Pasaje Mallol, junto al Convento de Santa Paula y da cobijo en ella a la Hermadad de los Servitas y al Templo de San Marcos...
Viendo la comparativa, nos damos cuenta rápidamente del pedazo de mamotreto que nos plantaron en una de las calles mas singulares de la ciudad, pues ademas de los Servitas o San Marcos, también tenemos en ella el Convento de Santa Isabel, una reliquia desconocida para muchos sevillanos.
Estas fotografías siempre me hacen reflexionar, ya que en ellas hay vida, vemos personas, vecinos de una barrio vivo, algo totalmente distinto a lo que podemos ver en la actualidad, pues el centro fuera de horas y días comerciales parece un desierto sin vida ni alma, con balcones sin macetas y persianas eternamente echadas...
Lola Hinajo Maruel
Montes Cek, S-A
5 comentarios:
Una entrada que me ha gustado en manera pues, a parte de que todas son muy interesantes, esta para mi es más porque se trata de mi barrio y de mi hermandad, como bien dices la calle Moravia es plaza Moravia, así la he conocido siempre. El Domingo de Ramos es el día grande del barrio pues ese día los muchísimos vecinos que se fueron del barrio cuando quedó arrasado el barrio en los principios de los años 60, regresan a la entrañable plaza de San Julián, también muy maquillada, pero en fin dicen que eso es el "progreso"
Gracias por tu entrada.
Felicidades por este laborioso trabajo de reconstrucción de la historia.
Un abrazo.
muchas gracias amigos por vuestras palabras, es una gozada saber que os ha gustado esta entrada.
un saludo
Interesante como siempre, e interesante también esas reflexiones que nos hacen ver que no solo ha cambiado las calles y fachadas de Sevilla sino la forma de vida de los sevillanos. Será por eso, como bien dice el compañero, que llaman "progreso".
...Poco apellido andaluz tenía el sr. Mallol, empresario y propietario de las mayores dehesas de alcornoques en Andalucia...
Bueno la verdad que he disfrutado muchísimo, me he emocionado he llorado he sonreído al ver mi barrio de San Julián de esos años. Yo nací en la calle juzgado, jugaba en la Moravia y me escondía en los corralones del Pasaje Mallol… y veo a la Hermandad de la Hiniesta todos los años… sigo viviendo muy cerca – Ronda de Capuchinos – y sí que he visto la transformación -de todos mis años- como el barrio ha ido cambiando, recuerdo donde mi madre compraba el jabón verde para lavar y lavarnos….la quincalla, los calentitos el coche de la nieve, y tantos y tantos recuerdos que los añoro y echo de menos de cada vez más… los mayores del barrio ya no están y ahora sí que me doy cuenta que todo ha cambiado. Ahora sí… sí señor.
Muchas gracias por este momento tan magnifico que he disfrutado con el titular “Tres calles de vida”.
Os seguiré leyendo.
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