domingo, 15 de septiembre de 2024

El secreto que nos guarda una fotografía

Ayer fué un día de esos qué catalogo como importantes. Fué un día de los qué suelo llamar como gloriosos, os lo resumo muy rápidamente. Simplemente estuve con mí compadre y su hijo Daniel disfrutando de lo qué más me gusta, pasear por Sevilla. Vimos la procesión extraordinaria de la Piedad del Baratillo, posteriormente nos perdimos por las calles, nuestras calles de toda la vida, Muñoz y Pavón,  Águilas,  Alhóndiga,  Plaza de San Pedro, la mamotretica Calle Imagen o la Encarnación. Terminamos la noche en la Plaza de la Maestranza, viendo al Baratillo marcharse hacía Triana y ya despidiéndome de mi compadre le susurré qué mañana viajaría al pasado de lo qué habíamos visitado hoy con este artículo.  Ahora sin más dilación,  empecemos...


¡Que estampa!, para los qué aún no la sitúen, estamos en el desaparecido Mercado de la Encarnación, lo de hoy en día es un parque temático que nada tiene qué ver. Antaño la fuente quedaba dentro del antiguo mercado y de ella se abastecían de agua los vecinos y tenderos del mercado...

Su suelo era puro adoquin de Gerena, la verdadera piel de Sevilla que tantos sevillanos echamos de menos, más  con estas calores donde el negro alquitrán parcheado es una fuente de calor inagotable...


Sobre la fuente que vamos a decir,  hoy en día la tenemos escondida tras uno de los pilares que soporta el mamotreto del Metrosolparasol y su nueva función es la de enfriador de pies y cabezas de los turistas que nos inundan...


Pero vamos a dejarnos de rodeos y vamos al meollo del asunto,  la fotografía y él maravilloso secreto qué nos muestra,  os la pongo de nuevo para ver quién acierta a saber de qué es lo qué estoy hablando...


¿Ya lo han visto ya?, busquen en los detalles,  os dejo un pista, un dibujo topográfico de la zona tal y como estaba la zona en él momento qué sé captó está imagen...


Ahora sí, ¿verdad?, ahí lo tiene. Para qué lo visualicen en su mente, estamos dentro del Desaparecido Mercado de la Encarnación,  frente a la fuente, justo detrás de nosotros estaría la Calle Puente y Pellon, y delante de nosotros vemos como asoman importantes sobre los puestos del mercado, las cubiertas y la espadaña del desaparecido Convento de Regina Angelorum...
 

Increíble,  hasta ahora solo conocíamos la imagen de la portada parcialmente destruida con lo que nos hacíamos una pequeña idea de su grandeza...


Pensemos en la riqueza interior que conocemos gracias a las crónicas qué se conservan de aquéllos años previos a su derribo, y de lo poco qué ha conservado por los Maestrantes de Sevilla...


Como ya saben, no soy muy ducho en esto de las tecnologías pero para qué podamos hacernos una pequeña idea he unido las dos imágenes y creo qué sí le añadimos algo de imaginación obtendremos una vaga idea de como podía ser en su conjunto antes de su total derribo...
Amig@s, la fotografía es una fuente inagotable de información y se qué nos esperan nuevos y sorprendentes descubrimientos, por eso les invito a que sigan conmigo y descubramos entre tod@s nuevas historias del Pasado de Sevilla. Hasta entonces un fuerte abrazo. 





sábado, 27 de julio de 2024

Los calentitos de Villasís

El recuerdo del sevillano se guarda en tantos lugares de esta ciudad, que serían imposible hacer una recopilación de todos ellos. Pensemos que nuestros padres y abuelos crecieron en una Sevilla muy diferente de la actual, pues en la década de los 50 y los 60 la ciudad sufrió un ataque piquetero brutal que borraría de un plumazo gran parte del patrimonio urbanístico...


1958, estamos en el corazón de Sevilla, y como era costumbre las mañanas se comenzaban comprando tus ruedas de calentitos en el kiosco que se regentaba en la Calle Laraña...


El kiosco era regentado por una familia compuesta según apreciamos en la imagen, por un matrimonio joven y la madre de uno de los dos, es decir, ahí se trabajaba muy duro, y dado el número de churreros también tenía que ser constante...

Por suerte tenemos otra fotografía, no sabemos si del mismo día que la anterior,  donde con un encuadre mayor podemos observar muchos más detalles...


De primeras observamos eses vías del desaparecido tranvía que venía bajando desde la Calle Imagen, rodeada de esos hermosos adoquines de Gerena que como siempre decimos,  son la verdadera piel de Sevilla enterrados hoy en día bajo el negro alquitrán...

En esta nueva fotografía tenemos a un barrendero realizando su trabajo de limpieza junto a su betusto carro de basuras, que dura era la vida en aquél entonces. Pero el detalle que sí vemos con mayor claridad lo tenemos al fondo de la imagen...

Es el desaparecido Colegio de Villasís, conocido también como el de los Jesuitas. Ya hemos hablado largo y tendido de este colegio en el Blog, donde si lo desean, utilizando el buscador que tienes el el margen superior derecho de la página podrán encontrar varios artículos...

Resumiendo, este colegio se conformaba por dos edificios anexos, el primero daba su entrada a la Calle Laraña,  era el antiguo palacio de los Marqueses de Villasís. Fue reconnstruido en su interior para adaptarlo a colegio.  Dentro disponía de dos grandes patios, uno de grandes galerías donde se solían celebran los actos mas importantes como pudiera ser el de graduación, y otro de albero donde jugaban al fútbol o al frontón...
El anexo era la antigua capilla jesuita que estaba comunicada en su interior con el colegio.  La puerta de esta iglesia daba a la Calle Orfila, y era donde los propios alumnos realizaban la comunión. 
El resto como sabemos es historia piquetera, pues a finales de los años 50 lo adquiere el Monte de Piedad, en 1966 lo convierte en cine hasta que en 1977 es totalmente demolido para posteriormente levantar en su solar la central provincial del Monte de Piedad. Hoy en día es un hotel y en un futuro dios dirá,  porque nada de lo que se ha ido construyendo posteriormente es digno de ser conservado.