Los que anduvieran por Sevilla en los años 80, recordarán una Alameda de casas tapiadas, un Barrio de San Bernardo olvidado tras la vía del tren o una Triana de patios de vecinos escondidos tras los puntales, ahí, en esa Sevilla ochentera resurgió de sus cenizas la piqueta...
Esconchones había en esta ciudad más que personas, y por su puerto restaurar y conservar no producía el mismo beneficio económico que la obra nueva.
Esta imponente casa que vemos hacer esquina, se levantaba en plena Calle Pureza, esquina con Calle Rocío...
Y para encontrar el enclave exacto hemos tenido que buscar los restos de esa vieja fotografía en blanco y negro en la actual Calle Pureza...
Cómo ya hemos apuntado, la obra nueva deja más dinero la conservación y restauración por lo que después de echarla abajo nos plantaron en su lugar el expendido mamotreto tipo sevillano de la época...
Ahora sólo nos queda tomar aire y mirar a la otra acera cuando pasemos por delante. Que pena de Triana, que se está quedando en dos calles mal contadas.
ABC
María Eugenia Garrido Morales
por tu aire, por tu agua te llamaron Noble, Leal, Heroica, Invicta y Mariana a ti por siempre, Sevilla
domingo, 30 de diciembre de 2018
sábado, 22 de diciembre de 2018
Polígono de San Pablo, el ave fénix
Hoy vamos a desayunar con un artículo cortito pero de los que gustan, de barrio.
Corrían los años 60 y Sevilla no levantaba la cabeza de la posguerra. En un plan de impulso, se inyectaron millones a espuertas o más bien deuda publica en un intento de sacar a la ciudad del chabolismo en el que estaba inmerso, pues el 80% de su población vivía en Corrales de vecinos en estado de derrumbe o en casas prefabricadas en el extrarradio como podía ser Amate, el Cerro o San Pablo. Este último, el Polígono de San Pablo, se estaba recuperando de las últimas arriadas del Tamargillo donde las casitas bajas habían sido arrasadas por sus aguas.
En el año 1964 se levanta el primer sector del barrio, terminado la última fase en 1976. En esta horquilla de tiempo se debió realizar esta hermosa fotografía...
Me encantan este tipo de fotografías, son espontáneas y muestran de forma muy simple la realidad de Sevilla en aquellos años...
Los suelos de albero aún sin pavimentar, y esa chavaleria con esos abrigos marineros que tanto se heredaba de hermano a hermano. Tras ellos la recién construida parroquia de San Ignacio de Loyola, con el diseño tan típico del tardofranquismo y con interiores altos y recogidos que tanto se repiten por las diferentes parroquias construidas en aquellas décadas...
Poco ha cambiado el entorno en este siglo XXI, estando muy vivos los recuerdos de este barrio tan sevillano, trianero y macareno como es este del Polígono de San Pablo.
Antonio Martínez Pérez
ABC
Corrían los años 60 y Sevilla no levantaba la cabeza de la posguerra. En un plan de impulso, se inyectaron millones a espuertas o más bien deuda publica en un intento de sacar a la ciudad del chabolismo en el que estaba inmerso, pues el 80% de su población vivía en Corrales de vecinos en estado de derrumbe o en casas prefabricadas en el extrarradio como podía ser Amate, el Cerro o San Pablo. Este último, el Polígono de San Pablo, se estaba recuperando de las últimas arriadas del Tamargillo donde las casitas bajas habían sido arrasadas por sus aguas.
En el año 1964 se levanta el primer sector del barrio, terminado la última fase en 1976. En esta horquilla de tiempo se debió realizar esta hermosa fotografía...
Me encantan este tipo de fotografías, son espontáneas y muestran de forma muy simple la realidad de Sevilla en aquellos años...
Los suelos de albero aún sin pavimentar, y esa chavaleria con esos abrigos marineros que tanto se heredaba de hermano a hermano. Tras ellos la recién construida parroquia de San Ignacio de Loyola, con el diseño tan típico del tardofranquismo y con interiores altos y recogidos que tanto se repiten por las diferentes parroquias construidas en aquellas décadas...
Poco ha cambiado el entorno en este siglo XXI, estando muy vivos los recuerdos de este barrio tan sevillano, trianero y macareno como es este del Polígono de San Pablo.
Antonio Martínez Pérez
ABC
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