Sevilla se ha convertido en un anacronismo de su pasado, una desfiguración de su historia a través de sus calles donde se puede estudiar con todo detalle las consecuencia de la especulación, mala planificación y total empatía por todo lo que este relacionado con el urbanismo y la arquitectura histórica, ejemplo de ello es esta fotografía...
A primera vista podríamos pensar que estamos contemplando a la Hermandad de la Quinta Angustia en una salida extraordinaria en Santas Misiones en el Barrio de Pino Montano, pues el telón de fondo que contemplamos es más propio de una arquitectura de extrarradio y no de un Centro Histórico como el de Sevilla, pero la realidad de esta fotografía es la siguiente...
Estamos a finales de los años 60, en pleno caos urbanístico sevillano, donde la piqueta trabajaba 24 horas los 365 días del año, y donde se levantaban mamotretos a diestro y siniestro sin respetar el entorno, el valor artístico de lo que se había derribado o el impacto visual irreparable que dichos edificios producirían para siempre sobre Sevilla.
La imagen en concreto nos revela una Calle San Pablo aún humeante por los los derribos del ensanche, seguido de todo el caserío de finales del 18 principios del 19 que rodeaban el entorno. Es la droguería que vemos en la esquina la que nos pone en la pista del lugar que nos ocupa, pues aún se mantiene en pie...
No sé en qué momento nos pararemos a reflexionar, tal vez esto sea como el cambio climático, cuando nos demos cuenta y queramos solucionarlo puede que entonces ya sea demasiado tarde. Estamos en 2017 y los derribos se siguen produciendo, las falsas conservaciones que tan solo nos dejan una fachada con un interior totalmente nuevo no son el verdadero respeto por la historia y la conservación, son un trampantojo que no nos lleva a nada y que solo sirve para crear escenarios de película. Mientras tanto, colocamos inmensos plataneros que sirvan a modo de escudo visual para asi dejar dormir nuestra conciencia sin que nada cambie y todo siga igual...
Antonio Arjona Marin
Julio Jose Lopez Garrido
por tu aire, por tu agua te llamaron Noble, Leal, Heroica, Invicta y Mariana a ti por siempre, Sevilla
sábado, 10 de marzo de 2018
sábado, 24 de febrero de 2018
La desaparecida casa del Laurel
Las Plazas sevillanas son pasto habitual de la piqueta y un mangar para los urbanistas, los cuales las usan para dejar su sello distintivo a base de eliminar parterres, sustituir arboles por naranjos, colocar los contenedores frente a la única casa palacio que hayan dejado en pie y un largo etc. Hoy vamos a teletransportarnos hasta una de esas plazas, la Plaza de los Maldonados, que para mi desapareció hace muchos años quedando degradada urbanísticamente a un mero cruce de calles, observen...
Este era su aspecto a principios del siglo pasado, y así se mantuvo mas o menos hasta bien entrado los años 60, momento en el que comenzaron los derribos y la degradación total del entorno hasta dejarla tal y como la conocemos hoy...
Que desastre, me duele el alma viendo lo que se ha permitido hacer allí, y como hemos perdido un valiosísimo patrimonio arquitectónico en pos de la mamotretería. En esa Plaza nos encontramos la última en sucumbir, la que podríamos decir que fue el tiro de gracia que borró de un plumazo toda la historia urbanística de esta plaza, la casa que hacia esquina en la Calle Laurel...
Esta casa en concreto fue la ultima, por un simple motivo, era la mas pequeña de toda la plaza, por lo que era la menos rentable en su derribo al ser un solar de menor proporción, y se mantuvo habitada hasta 1984...
Con el derribo de la misma se fue toda la manzana que vemos en la fotografía, que dicho sea de paso nos muestra a sus inquilinas tomando el sol en el poyete de la entrada mientras conversan con otra vecina que viene con las bolsas de la compra en mano...
Como detalle, podemos ver en la esquina inferior de la casa un trozo de columna, que casi con toda seguridad romana, y que hacia las veces de tope para salvar los golpes de las ruedas de los carros cuando giraban para tomar la calle. En fin, que como ya hemos dicho, la casa fue derribada y en su lugar nos plantaron un hermoso bloque de viviendas que no daña la vista, directamente la destroza...
Cuando uno llega caminando hasta esta plaza, no sabe si esta en Bellavista, en Amate o directamente se ha ido a otra ciudad sin darse cuenta. Es lamentable, pero somos nosotros y nuestros dirigentes, única y exclusivamente los responsables de este desastre que llaman Sevilla.
ABC
Universidad de Sevilla
Miguel Braña Moreno
Este era su aspecto a principios del siglo pasado, y así se mantuvo mas o menos hasta bien entrado los años 60, momento en el que comenzaron los derribos y la degradación total del entorno hasta dejarla tal y como la conocemos hoy...
Que desastre, me duele el alma viendo lo que se ha permitido hacer allí, y como hemos perdido un valiosísimo patrimonio arquitectónico en pos de la mamotretería. En esa Plaza nos encontramos la última en sucumbir, la que podríamos decir que fue el tiro de gracia que borró de un plumazo toda la historia urbanística de esta plaza, la casa que hacia esquina en la Calle Laurel...
Esta casa en concreto fue la ultima, por un simple motivo, era la mas pequeña de toda la plaza, por lo que era la menos rentable en su derribo al ser un solar de menor proporción, y se mantuvo habitada hasta 1984...
Con el derribo de la misma se fue toda la manzana que vemos en la fotografía, que dicho sea de paso nos muestra a sus inquilinas tomando el sol en el poyete de la entrada mientras conversan con otra vecina que viene con las bolsas de la compra en mano...
Como detalle, podemos ver en la esquina inferior de la casa un trozo de columna, que casi con toda seguridad romana, y que hacia las veces de tope para salvar los golpes de las ruedas de los carros cuando giraban para tomar la calle. En fin, que como ya hemos dicho, la casa fue derribada y en su lugar nos plantaron un hermoso bloque de viviendas que no daña la vista, directamente la destroza...
Cuando uno llega caminando hasta esta plaza, no sabe si esta en Bellavista, en Amate o directamente se ha ido a otra ciudad sin darse cuenta. Es lamentable, pero somos nosotros y nuestros dirigentes, única y exclusivamente los responsables de este desastre que llaman Sevilla.
ABC
Universidad de Sevilla
Miguel Braña Moreno
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