sábado, 7 de octubre de 2017

La Iglesia del LLano

Estamos en pleno siglo XXI y los años han pasado, las generaciones se han sucedido, dando rienda suelta al olvido y el desconocimiento, pues lo que no se enseña en las escuelas, no se aprende al menos que alguien decida contártelo.
Hoy en día el nombre de calles, plazas o iglesias de nuestra ciudad, nos suenan tan comunes que parecen de nuestra familia, sin reparar que les puso en el callejero o a que se debió su rotulación. Esto pasa por ejemplo con la Plaza de San Gonzalo y su parroquia. Poco se repara o poca curiosidad despierta "el porqué" de su nombre, si quieren saberlo, acompáñenme. 
1938, la Guerra Civil española esta a punto de llegar a su fin, pero el 99 por ciento de país esta ya prácticamente asentaba y bajo el control del bando nacional. Sevilla esta bajo el mando de Gonzalo Queipo de Llano, y quienes vivieron aquellos años, saben que la ciudad era su cortijo particular, donde hizo y deshizo a su placer, independientemente de su ideología, y sí más encauzado en su ego o personalidad....


Es por ello que en 1937 empieza en ensanche de la ciudad al extrarradio con nuevos barrios, como fue este del Barrio de León, donde eligió su onomástica para tomar el santo de su mismo nombre y con ello bautizar la parroquia que allí se levantaría como la de San Gonzalo...


En Junio de 1938, su mujer Genoveva, puso la primera piedra del la parroquia, siendo concluida totalmente a principios de 1942, ella también le daría su nombre a la parroquia del Tiro de Linea, Parroquia de Santa Genoveva. Al contrario de la parroquia, la plaza que se abre ante ella, se llama también de San Gonzalo, pero esta vez, dedicada la Hermandad del Lunes Santo que allí habita...


Todo el entorno permanece prácticamente como en aquel entonces, siendo este barrio uno de los mejores conservados de ese urbanismo de estilo historicista o regionalismo tardío que rodeo la periferia de Sevilla...


Conocer estos "porqués" no tiene nada de malo, y nos ayudaría muchísimo a entender, comprender, conocer y apreciar los detalles de una ciudad tan particular y única como lo es Sevilla, sin tener que entrar en conflictos ideológicos o políticos y manteniendo un dialogo sostenido y enriquecedor.

ABC
Ana Maria Gracia Nogelda

viernes, 22 de septiembre de 2017

Mutilación y asesinato en la Plaza de San Agustin

Si hay algo que me cabree enormemente, es cuando con la perspectiva del tiempo y los datos por delante, comprobamos como el Ayuntamiento ha manipulado informes para destruir nuestro patrimonio, y como Sevilla vuelve a quedarse impasible ante tal atrocidad. Presten atención a cómo se urdió este crimen patrimonial porque no tiene desperdicio.
Primeramente les sitúo, estamos en 1905 cuando dos genios de la arquitectura, Aníbal González y José Espiau unen sus conocimientos para levantar un edificio en la Plaza de San Agustín, esquina con Calle Recaderos...


¿Os suena?, guarda gran parecido con el Café París, construido en la Plaza de la Campana y también derribado. El edificio fue construido para Sánchez Dalp, y aunque presentó cambios en su fachada a lo largo de su construcción, el resultado final fue igual de original y de gran calidad.
Pasaron los años, y el edificio quedó en desuso, ya sabemos la suerte del los Dalp y lo que por desgracia ocurrió sucesivamente con el patrimonio arquitectónico que poseían en Sevilla y la provincia. Esto provocó el mal mantenimiento del mismo y que los desperfectos de su cornisa llevaran a su retirada...


Aun así, los ornamentos decorativos de las ventanas y balcones seguían intactos, y su conservación era factible...


Pues bien, el edificio fue adquirido por el Banco Bilbao a principios de los 70, imagino que esto ya les sonará porque en esa década se hicieron propietarios del 80% del patrimonio arquitectónico del regionalismo sevillano que poseía la ciudad, algo que nos traería a la larga consecuencias muy graves e irreparables.
Curiosamente, la entidad quería conservar el edificio y restaurarlo, al menos es lo que se transmitía de cara a la sociedad sevillana, pero era el Ayuntamiento el que no estaba muy predispuesto, o al menos sus técnicos no ponían mucho empeño...


El Ayuntamiento alegaba que el edificio estaba fuera de la linea de alzado que marcaba el acerado de la calle, y que eso obligaba a su total derribo para corregir el trazado de la Ronda Historica, ademas de que los arquitectos del consistorio habían firmado el estado parcialmente ruinoso del edificio...


De pronto saltó al rescate la comisión de patrimonio artístico, alegaba el mérito del edificio y su singularidad y logró denegar la licencia de derribo que se había solicitado en 1977...


Pero el Ayuntamiento, no sabemos aún porque pero todos lo intuimos, pide otro informe al arquitecto de urbanismo, ojo ahí a la neutralidad del asunto, el cual como no, seguía aconsejando el derribo total del edificio. En 1979 la piqueta carga contra su fachada y el edificio es derribado por completo, dotando al entorno de un hermoso solar hasta que años después se levanta un edificio. que para no perder la costumbre no aporta absolutamente nada ni arquitectónica ni artísticamente hablando...


Para más inri, ese "mamarrachada" que alegaba el Ayuntamiento de la línea de alzado de la calle, no la vemos aplicada en el nuevo edificio por lo que ya podemos deducir llana y claramente cual era el fin y que es lo que se buscaba. Este mal sueño se sigue repitiendo una y otra vez en Sevilla, sea cual sea el color político de nuestro consistorio, por lo que he llegado a la conclusión de que el sevillano no quiere a Sevilla ni ha su historia, y que esto solo puede ir a peor. El único consuelo de "tonto" que me queda, es que yo no estaré ya aquí para verlo.

ABC
Juana Martinez Cid
Antonio Lombardo Corcuera