viernes, 22 de abril de 2011

Farmacia Central IV

Nuestra querida Farmacia Central, y digo nuestra querida por que aquí la hemos ido conociendo poco a poco, hemos conocido su pasado y su final, su grandeza y sus miserias, centro científico pionero en la ciudad de Sevilla que tanto aportó al conocimiento medico de la época.


Para entender un poco mas su importancia y relevancia tanto en la ciudad como en la comunidad farmacéutica y científica del momento, vamos a recuperar parte de una bonita crónica que 1904 la cual nos define perfectamente lo que significaba para la ciudad su existencia...


Todo el que visita la ciudad de Sevilla y pasa por la Campana y Plaza del Duque nº1 , se fija en la gran farmacia y laboratorio del doctor J.G Espinar cuya hermosa botica ocupa un rectángulo de catorce metros de largo por ocho de ancho cuyas paredes son de mármol , con tres puertas y columnas de mármol rojo y una instalación general y de alumbrado que la hacen extraordinaria.


Hace tan solo nueve años que doctor Espinar comenzó su trabajo en la Plaza de la Encarnación nº10, y hoy en día ha logrado en su laboratorio y farmacia construir un centro científico de primer orden.
Su laboratorio consta de diferentes secciones, un almacén de frascos vacíos y etiquetaje, almacén de frascos concluidos para la exportación, sección de jarabes, sección de fabrica de capsulas y gelatinas, salón de maquinaria y cuanto necesita un establecimiento científico de esta importancia.


La visita de este establecimiento constituye un verdadero estudio por ser de los mas elegantemente instalados de España y que ha adquirido rápidamente la confianza de los principales médicos de Sevilla y la provincia. 
El señor Espinar tiene mas de ochenta especialidades que han echo con razón de esta casa, una de las primeras de España.

Creo que esta crónica nos da una visión perfecta de la importancia de esta farmacia y de su relevancia tanto la ciudad como en la provincia y todo el país, siendo una de las mas importantes de España. 


 Miguel Lopez Cubero

viernes, 15 de abril de 2011

Patio de los Naranjos

Si por algo se caracteriza la Catedral de Sevilla es por la diversidad tanto cultural como artística que refleja cada uno de sus rincones, y sin duda El patio de los Naranjos seria junto con la Giralda el pilar base sobre la que se forma todo su estructura tal y como hoy la conocemos.

Sin duda el Patio es el zajuan perfecto que nos da paso a la Portada de la Concepción la cual nos adentra al templo metropolitano a través de una fragancia artística inimaginable.


Esta portada, al igual que la del Príncipe, fué diseñada por Fernandez Casanova en torno al año 1895, siendo ambas concluidas a finales de 1915, pero hay algo en la foto que llama imperiosamente la atención, un detalle puede que insignificante a primera vista pero bastante interesante, ¿saben ya de que detalle les hablo?, busque, busquen...........

Efectivamente, el detalle lo tenemos en la parte inferior izquierda de la imagen, y son esas pequeñas dependencias adosadas a la fachada de la Iglesia Catedral......


Pienso que esas dependencias pudieran pertenecer a diferentes trabajadores de la Catedral, como campaneros, sacristanes e incluso dieran cobijo a los maestros canteros que después trabajaron en la realización de las portadas.
Vemos a demás, detalles curiosos propios de la obra que en ese momento se ejecutaba, ya que si se fijan, dentro del recuadro rojo, en la parte inferior derecha vemos un pequeño techado y un montón de piedras aun sin trabajar, imagino que bajo ese techado estarían los maestros canteros tallando la hermosa y grandiosa obra que hoy en día podemos disfrutar.

Pero he de ser sincero y reconocer que yo no fuí de propia voluntad el que reparó en el detalle de las viviendas adosadas a la fachada, ya que hace un tiempo mi compadre y hermano me hizo llegar una interesante foto de un no menos valiosisimo lienzo....


En él, ademas de ver como se oficiaba antiguamente la misa desde el púlpito, podemos contemplar con mas detalle si cabe, el gran grupo de casas que antiguamente se alojaba en el interior del Patio de los Naranjos, y cuanto de diferente era el aspecto del mismo en comparación con lo que hoy en día podemos contemplar.


Bueno, este ha sido otro pequeño apunte que nos enseña a que cuando tengamos ante nosotros una foto o un cuadro de cierta antigüedad sepamos ser pacientes y observadores ya que siempre hay algo nuevo por descubrir o aprender sobre el Pasado de Sevilla.

 F.J.Roman Martinez
ABC