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miércoles, 15 de febrero de 2017

Como sacada de un cuento

Es increíble como ha cambiado Sevilla en tan poco tiempo. Para mí hay dos momentos fundamentales que supusieron un cambio drástico en la fisonomía de nuestra ciudad, la primera fué durante la exposición de 1929 y la segunda durante la exposición de 1992.
Yo, como enamorado de la Sevilla que ya no existe, soy de los amantes de la Sevilla que conocimos hasta 1929...


Que maravilla, ¿no creen?. Estamos a principios del siglo pasado, 1920, en lo que hoy se conoce como Avenida Eduardo Dato...


La fotografía es una verdadera reliquia, pues nos muestra una estampa totalmente desaparecida. El primero de los detalles lo tenemos a la derecha de la imagen...


Es la plaza de toros La Monumental, que lastimosamente tuvo que ser derribada 1930 por fallos estructurales y problemas con el hormigón, estando solo en pié 12 años.
Y si afinamos la vista, al fondo de la fotografía, libre de toda contaminación visual, podemos ver como se levanta la Giralda...


Al carecer la imagen de nitidez, no podemos apreciarlo con claridad, pero damos por echo que el Puente de San Bernardo aun no existe, pues la fotografía esta tomada en 1920, y el puente no se comenzó hasta 1924.
Como si sacada de un cuento fuese, hemos disfrutado con esta fotografías de una Sevilla que ya no existe.

Fotos antiguas de Sevilla
Archivo Lorent

domingo, 7 de abril de 2013

Eduardo Dato y muchos detalles

Fotografía e historia siempre fueron cogidos de la mano y es que sin saberlo, lo que hoy captamos con nuestro objetivo puede ser el único testigo de un lugar, un objeto o una personal cien años después. Ejemplo de esto son todas las imágenes que tratamos en este humilde blog y que poco a poco nos van enseñando el pasado de nuestra ciudad.

Seguimos pues descubriendo y aprendiendo mediante este entretenido método, hoy con esta bella estampa de nuestra Semana Santa...


Que bonita, estas fotografías nos dan tantos detalles, tantos testigos mudos que sin saberlo iban a ser protagonistas un siglo después. Estamos al final de Eduardo Dato, apunto de tomar la subida del Puente de San Bernardo, observen el largo del antifaz de los nazarenos, o esas viejas catenarias que tan habituales eran en el paisaje de nuestras calles y esos hermosas farolas que flanqueaban la entrada a la subida del puente, por cierto, ¿y las farolas?...


Las farolas, ornamento único de la arquitectura de los años 20 de siglo pasado, desaparecieron misteriosamente en la terrorífica restauración que sufrió el mismo en 1992, quedando tan solo las farolas que se levantan sobre el tablero del puente.
Pero hay un detalle, el mas importante creo, que se nos puede pasar por alto, fíjense en el edificio que aparece tras el misterio de la Presentación...


Efectivamente ese detalle, el mas importante, es el monumental edificio que vemos en ultimo plano, la desaparecida plaza de toros La Monumental de San Bernardo. Este detalle me asombra enormemente por dos razones, la primer a por que me ayuda a comprender y conocer esa Sevilla ya inalcanzable pues ya esta borrada por la piqueta, y segundo por que me da una cierta realidad de las tremendas y extraordinarias dimensiones de esta magnifica plaza de toros, observen...


Obviando la distorsión real de la distancia producida por la lente de la cámara utilizada en aquellos años,  si alcanzamos a tener una pequeña referencia del tamaño de esta mole y cuanto abarcaban su solar, teniendo en cuenta que empezaba donde hasta hace poco estaba la farmacia militar, artillería y que acababa donde hoy en día se conservan sus últimos restos, restos que pertenecen al muro de cerramiento del solar de la plaza que no a la plaza mismamente...


Cierren los ojos e imaginen por un momento el entorno "a nuestras espaldas el maravilloso puente de San Bernardo, seguimos caminando y a nuestra izquierda el maravilloso barrido de San bernardo, a nuestra derecha las hermosisimas casas de los ingenieros de las fabricas de artillería, mas adelante La Monumental y frente a ella los restos de los jardines de la Buahira, y de fondo ese nuevo barrio regionalista llamado Nervion, que maravilla aquella Sevilla...


Elena Castro Lopez
Miguel Duren Tovar

domingo, 10 de marzo de 2013

Las misiones

Allá por el 1965 ocurrió un echo en la ciudad de Sevilla tan hermoso, entrañable e inimaginable como fuere el de las misiones, ¿y se preguntaran que, en que consistían?, pues fue el gesto de que las hermandades llevaran sus titulares hasta el extrarradio de la ciudad, a los barrios mas necesitados de fe y esperanza dándonos ilusiones y motivos por los que seguir adelante, que falta nos hacia en aquellos años. Una prueba de ello es la siguiente imagen...


Impresionante, ¿no creen?, estamos en pleno centro de corazón de Nervión concretamente en el Hospital de San Juan de Dios y frente a sus ventanas tenemos a los titulares de la Hermandad del Gran Poder. Hasta allí fueron en busca de los impedidos y necesitados, aquellos niños que incrédulos miraban por las ventanas viendo ante ellos al mismísimo Señor de Sevilla.
De esta fotografía extraemos ademas dos detalles interesantisimos...


El primero es el Estadio del Ramón Sánchez Pizjuan, aun en su primera fase de construcción, y el segundo es esa hermosa casa regionalista, que por desgracia fue derribada hace unos tres años para construir un horrendo edificio de oficinas, que paradojas de la crisis no ha sido construido aun y por lo tanto nos alumbra en su lugar un hermoso solar...


Increíble como estamos destrozando barrios como el de Nervion o el Porvenir derribando esos edificios del regionalismo Sevillano que dieron carácter y belleza a un extrarradio hoy en día en total desprecio y abandono...


Y como ultima reflexión quiero aprovechar este tema para dejar un pregunta en el aire: ¿no hubiera sido mas digno, caritativo, humano y cristiano haber vuelto a realizar este año de crisis y necesidades unas misiones como las del 65, que la mamarrachada de Vía Crucis que pretendió nuestro estimado Arzobispo?. Sin pasos, sin vayas ni alardes, que las imágenes vayan a los barrios, que el arzobispo se desplace a las parroquias, en fin, esperemos que hayan tomado nota para un futuro los que tenían que tomarla.

Enrique Miran Tovar

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